La ligereza de la fiscal

La ligereza de la fiscal

La ligereza de la fiscal

Horas después de que el periodista Marino Zapete denunciara que su programa fue sacado del aire por presiones, la fiscal del Distrito Nacional hizo un inoportuno y preocupante comentario que nos obliga a hacer algunas puntualizaciones sobre el derecho a la libre expresión del pensamiento.

Decía la magistrada que el límite a la libertad de expresión es la verdad, lo que a simple vista parece algo razonable. Pero no.

La magistrada parece desconocer que las ideas u opiniones no necesariamente se puedan catalogar como verdades o falsedades, pues estas son pareceres de quienes las emiten y son totalmente subjetivas.

La libertad de expresión, derecho fundamental que se utiliza para defender todos los demás derechos, sí tiene límites que son dictados por leyes . Pero no le corresponde al Ministerio Público ni a ningún otro poder del Ejecutivo determinar cuándo se rompen, sino al Poder Judicial.

Mal podría ponerse en la mano de quien suele ser el principal violador de la libertad de prensa, el poder de decidir cuándo esta se ejerce o no, de conformidad con las regulaciones legales.

Preocupa pensar que la fiscal del Distrito Nacional, por las funciones que desempeña, realmente tenga un parecer tan superfluo sobre la libertad de expresión y de sus alcances.

La verdad es un principio objetivo, pero en el mundo de las ideas y las opiniones se impone la subjetividad, que también están protegidas por el derecho a expresarlo con libertad.



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