Hay en el ambiente un aire de satisfacción colectiva con motivo de la aprobación congresional para que se aplique el 4% del Producto Interno Bruto a la educación preuniversitaria.
Se trata, sin duda, de un paso importante hacia el desarrollo, por el cual son merecidas las felicitaciones que llueven sobre el presidente Medina y todo lo que él representa, así como sobre todas las organizaciones populares que lucharon a brazo partido por alcanzar dicha conquista.
El principal motivo de alegría, sin embargo, no está ahí. Lo más trascendente, a mi modo de ver, es que ¡por fin! el pueblo dominicano aprendió a reclamar sus derechos en forma pacífica y civilizada, sin tener que atropellar a los demás, con firmeza y decisión.
Nos toca ahora a todos contribuir con nuestro apoyo para que aquellos sobre cuyos hombros recae ahora la responsabilidad de mejorar los sistemas educativos encuentren el respaldo adecuado de todos, sin mezclar en ello banderías políticas ni intereses espurios.
Felicidades al pueblo y al Gobierno.