La juventud es el ahora

La juventud es el ahora

La juventud es el ahora

El papa Juan Pablo II inició su pontificado con la expresión “no tengas miedo”, que inicialmente fue un llamado general a la cristiandad, pero que con el paso de los tiempos fue asumido como un llamado directo a los jóvenes comprometidos con la búsqueda del bien común y la difusión de la doctrina social de la Iglesia.

Eran los tiempos de la Guerra Fría, que en Europa del Este y en América Latina se manifestaba con represión y crímenes de Estado que tenían como principales víctimas a jóvenes que cuestionaban la falta de libertad.

En la década de los ochenta ya estaban cayendo las dictaduras de occidente cuando también la juventud de las dictaduras con apellido socialista se animaban a tumbar un muro que abrió paso a los aires libertarios en los países de la órbita que controlaba la antigua Unión Soviética.

Ese “no tengan miedo” de Juan Pablo II marcó a una generación de jóvenes.

Este fin de semana el actual papa Francisco hizo una reflexión que también está llamada a provocar un nuevo impulso en la juventud del mundo.

El Sumo Pontífice le retaba a lanzarse hoy a la conquista de sus ideales y anhelos de un mundo mejor. Proclamaba que la juventud es el presente del mundo, y eliminar la pasividad de creerse el futuro.

Mientras el papa Francisco hacía esa proclama en Panamá, un grupo de jóvenes dominicanos daban un paso interesante que los coloca en el camino al activismo político, que es desde donde se pueden lograr transformaciones sociales más profundas.

Esos jóvenes conjugan, quizás sin proponérselo, la concepción que tenía Juan XXIII de la política, cuando la definía como instrumento para la búsqueda del bien común, con la aclamación de Juan Pablo II de “no tengan miedo” y la proclama de Francisco, cuando señala que el tiempo de la juventud es ahora.

El país tendrá ofertas nuevas en su ardor y en su expresión, aunque aun le queda pendiente convencer a la población de que realmente son nuevas en su esencia, pero para eso hay que permitirles expresarse, facilitarles llevar su mensaje a los electores, mantenerles abiertas puertas que solo se les abren a los de antaño.

Los jóvenes que ahora se lanzan al ruedo no necesitan trato preferencial, requieren igualdad de oportunidades, aunque para lograrlo tengan que hacer líos, como también les exhortó el papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Brasil en 2015.



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