La Junta, lo ideal y lo posible

La Junta, lo ideal y lo posible

La Junta, lo ideal y lo posible

Rafael Chaljub Mejìa

Como militante de la oposición no estoy conforme con la composición de la nueva Junta Central Electoral, entre cuyos miembros se cuentan personas con vínculos muy conocidos con el partido de gobierno.

La oposición tampoco está conforme y lo ha expresado claramente.

Pero tengo para mí que en las presentes circunstancias era difícil alcanzar un tribunal electoral más equlibrado.

Si nos acogemos al concepto de que las instancias jurídicas de un país, empezando por la propia Constitución, son el reflejo de la correlación entre las fuerzas gobernantes y las que se les oponen; y si nos atenemos al hecho objetivo de que el partido de gobierno tiene una hegemonía y un poder desproporcionado en relación a la debilidad de sus opositores; más que lamentarse, las fuerzas democráticas y la oposición política propiamente dicha, debieran celebrar el haber logrado con su presión y sus demandas un tribunal electoral que, sin temor a equivocarme, tampoco es el que los sectores más radicales del oficialismo deseaban.

El peledeísmo lo quería y lo quiere todo, y hay que reconocer que tiene el poder legal para imponerlo.

En el caso de la Junta no pudo hacerlo porque una parte importante de la sociedad, la opinión pública y las fuerzas opositoras se pararon en firme y lo impidieron. Varios de los principales voceros peledeístas llegaron a declarar que la Junta anterior debía quedarse o que el licenciado Roberto Rosario debía seguir en la presidencia de la misma.

Pero el oficialismo se vio forzado a ceder algo y admitir una Junta que no es tan equilibrada como debiera ser, pero en la cual hay personas de probada honradez, Carmen Imbert es para mí, una de ellas, a las cuales es difícil imaginar guardando silencio cómplice ante un fraude.

Forzar al oficialismo a dar un paso atrás, fue una conquista y la oposición, lejos de seguir como Jeremías, debiera exhibir como el triunfo de su esfuerzo el haber impedido la formación de un tribunal parecido a un comité de base peledeísta.

Ya la nueva Junta está instalada, de lo que se trata ahora es de sacudirse de tanta sensación de derrota y tanta queja, flexibilizar esos rostros tensos y adustos que los voceros de la oposición exhiben, darle el frente al futuro, trabajar con inteligencia y mantener la guardia en alto ante el nuevo tribunal y sus integrantes.



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