El pronunciamiento público de Hipólito en apoyo a las primarias abiertas, y reivindicando el accionar de los diputados del PRM que boicotearon la sesión en la que se conseguiría una mayoría, tuvo como objetivo principal contener la creciente corriente para que esos legisladores fueran expulsados de la organización por desconocer la línea partidaria.
Hipólito tuvo que poner sus cartas sobre la mesa, porque de mantenerlas soterradas los que le hicieron el juego podían ser sacrificados.