
SANTO DOMINGO.-La jardinería hotelera o flora costera marina sin duda es uno de los principales atractivos con que cuenta cualquier espacio de recreación en las zonas de playa, y de ella dependerá que el visitante quiera hacer suyo el lugar o, por el contrario, abandonarlo.
Aunque la mayoría de las personas amantes de la floricultura les gusta ver hermosas flores, esa modalidad está sujeta a las condiciones climáticas de las costas, ya que las especies son expuestas a fuertes vientos, alto nivel de salinidad o las plantas crecen en suelos con pocos nutrientes y alto estrés hídrico.
De acuerdo a Rolando Sanó, encargado de la División de Flora, del Departamento de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, muchos árboles florales allí no prosperan porque carecen de suelos apropiados y lo que abundan son rocas coralinas y arenas, de ahí que las raíces de la vegetación solo encuentran tierra entre los huecos de esos peñascos.
Especies favorables
“En la mayoría de los casos, las raíces están superficiales por eso hay que hacer una buena selección de plantas endémicas y nativas que se adapten a esos entornos, como las uvas de playa (Coccoloba viera) (Coccoloba diversifolia); guayacán (Guaiacum officinale), vera (Guaiacum sanctum), álamo: Thespesia populnea, la quiebra hacha, Krugiodendron ferreum), almendra Terminalia catappa y los manglares, rojo, blanco y negro que crecen en las mismas costas y resisten el embate de las olas y el alto nivel de salinidad”, detalló Sanó.
