SANTO DOMINGO.-La jaiba de agua dulce (Epilobocera haytiensis) es una promotora por excelencia de los nacimientos de los ríos.

Al canalizar las cavernas donde hace vida y se protege de los depredadores, va descubriendo pequeños riachuelos, norias y quebraditas que luego fortalecen a los afluentes.

Cuando se extraen de sus hábitats se pierde esa dinámica que contribuye a la preservación de las cuencas hidrográficas y, por ende, el garantizar la producción de agua.

Al margen, son limpiadoras de los ecosistemas o fuentes de aguas, ya que se nutren de frutas, hongos, carnes, lombrices y materia en descomposición.

“Esa es la gran importancia de esta especie acuática en la producción de agua en las cuencas hidrográficas. Siempre usan las piedras y cuevas, se adaptan a esas condiciones y son omnívoras”, comentó Fulvio Ureña, quien junto a José Elías Vargas trabaja en un proyecto para incrementar la producción organizada de esos crustáceos.

En su condición de viceministro de Suelos y Aguas, Ureña, y Vargas quien es asesor técnico del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, impulsarán el cultivo en cautiverio de la especie, seleccionando a las hembras para liberarlas en cuencas hidrográficas degradadas.

Vulnerabilidad
Con esa iniciativa se busca que estas vuelvan a su normalidad, ya que la jaiba de agua dulce se encuentra en la categoría de Vulnerable (VU) en la Lista Roja de República Dominicana, dada la captura indiscriminada y destrucción de sus hábitats.

Dicho crustáceo está en veda de junio a septiembre.
“Procuramos que las personas que se dedican a su captura se integren a la crianza en cautiverio y vivan de su producción sin afectar los ríos”, puntualizó Ureña, quien especificó que inician esa labor en la Cordillera Septentrional, en los afluentes de rio Jaya, Llavija, el Sonador, Boba y Partido, entre San Francisco de Macorís y Hermanas Mirabal, además de estudiar los ecosistemas donde hacen vida.

Distribución
Vargas afirma que la jaiba es una especie que solo está en el Caribe en islas como Puerto Rico, Cuba y Las Antillas. Su vida evolutiva es en la parte alta de los afluentes y ríos en sentido general.

“Desde el punto de vista de la biodiversidad, está muy atacada por los humanos, que las explotan y usan como alimento, pero nadie se ha preocupado por multiplicarla, entonces es una depredación completa lo de la jaiba”, externó Vargas, que se ha encargado de conocer sus aportes a la economía y las cuencas hidrográficas.

Con el plan buscan regular y garantizar la preservación de la especie, respetando la veda de las jaibas.

El riesgo

— Alerta
De seguir la explotación indiscriminada de este cangrejo terrestre podría desaparecer. De ahí el interés de reproducirlo y bajo un sistema científico, determinar su producción y el comportamiento, por sus aportes en los ecosistemas.