La carne de pollo ha experimentado significativos aumentos, al igual que otros productos de la canasta básica. FUENTE EXTERNA
SANTO DOMINGO.- La Junta Agroempresarial Dominicana solicitó al presidente Luis Abinader, así como a los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados, Eduardo Estrella y Alfredo Pacheco, respectivamente, reconsiderar el proyecto de ley que permitiría la entrada libre de impuestos a una lista clave de productos terminados de la canasta básica dominicana.
Considera que esta iniciativa legislativa, recientemente introducida, no tendría el impacto que se espera en aliviar el costo de la comida, porque muchos de esos productos son más caros en el extranjero que en la República Dominicana.
«Y si, provisionalmente, estuvieran más baratos, las dificultades que vive el mundo con las cadenas de suministros, la falta de contenedores, el costo del transporte y el escalamiento de una guerra que nadie esperaba, no nos asegura que los alimentos importados lleguen, en el tiempo esperado, y a menor precio», sostiene la organización.
En una carta dirigida al Mandatario y a los presidentes de ambas cámaras legislativas, la el Consejo de Directores de la JAD argumenta que depender de los alimentos producidos por otros países, es no solo perder la soberanía alimentaria, sino también perder lo que con tanto esfuerzos han alcanzado, la seguridad alimentaria.
«La JAD reconoce el clima de paz, de avance y de progreso que vivimos en el país, lo que nos permite continuar el proceso sostenido de crecimiento productivo para abastecer nuestros mercados. Los productores agropecuarios dominicanos hemos sido capaces de asegurar el abastecimiento de alimentos a la población nacional, al turismo y a miles de extranjeros que residen en nuestro país. Somos autosuficientes en la producción de arroz, pollos, huevos, plátanos, yuca, batatas, y de otros bienes esenciales de la canasta básica alimentaria del pueblo dominicano. Eso es un privilegio que debemos cuidar, que debemos preservar a toda costa, y que debemos proteger al precio que sea», expresó.
Recordó que una parte importante de estos bienes ya tiene acceso preferencial para productores de Estados Unidos de Norteamérica, de Europa, de Centroamérica y del Caribe en el marco de acuerdos comerciales que permiten reciprocidad en el tratamiento de intercambio. » Así como le compramos a ellos, también podemos vender en esos países», planteó.
«Abrir el mercado para otros países con los que no tenemos acuerdos comerciales, y por lo que no recibimos reciprocidad, nos abre una avenida incierta, muy arriesgada en términos fito-zoosanitarios para nuestros productores y crea un precedente que pondría en riesgo nuestra soberanía alimentaria», enfatizó.
Le recomendamos: El Gobierno muestra interés en seguridad alimentaria
Dijo que por la experiencia que tiene la JAD en el comercio internacional de bienes de origen agropecuario, pueden asegurar que dependiendo de las circunstancias, un alimento puede estar muy caro hoy, y muy barato mañana.
«Los precios altos en un momento y los precios bajos en otro momento, son situaciones coyunturales a la que no debe apresurarse un país con economía estable, con un gobierno democrático y con productores nacionales comprometidos con la autosuficiencia alimentaria», refirió.
Manifestó que el presidente Luis Abinader, y su equipo agropecuario, han mostrado un compromiso incuestionable de respaldo a la producción nacional, explorando toda medida a su alcance para impulsar el desarrollo sostenible del mismo.
En ese sentido, la organización sugirió al Presidente Abinader y al Congreso Nacional apoyar la producción nacional; aumentar la oferta local de pollos y huevos, un sector esencial en la vida productiva del país; incrementar la siembra de habichuelas y de guandules; seguir respaldando la producción de leche y de carne de ganado vacuno; apoyar con más recursos para semillas y asistencia técnica, a los productores de ajo de Constanza y erradicarla fiebre porcina africana y continuar el programa de apoyo a los pequeños criadores de cerdos externos cuyos animales fueron eliminados.
Asimismo, recomienda aumentar la producción de maíz y sorgo; apoyar, con políticas focalizadas, la producción de aceites comestibles y de pastas alimenticias elaboradas en nuestro territorio, por entender que un aumento en la producción nacional de todos esos bienes, significa un aumento en la creación de empleos, crear riquezas y mejorar la economía nacional.
La JAD también aconseja reinstalar un programa de mercado de productores y ventas populares en los barrios y comunidades más carenciadas, bajo la coordinación del Ministerio de Agricultura y el Instituto Nacional de Estabilización de Precios (INESPRE).
Asimismo, la entidad expresó su respaldo al anuncio del Presidente de la República, de aumentar el número de comedores económicos en los pueblos y en los barrios populares de las ciudades.
«Ambas iniciativas, la de los mercados de productores y los comedores económicos, han demostrado que son un formidable aliciente para atenuar el impacto en el presupuesto familiar de los segmentos más pobres del país», indicó.
También recomendó seguir aliviando la carga en el alza de los precios que enfrenta el país y el mundo, la cual dijo es una situación coyuntural, que en el caso de la República Dominicana, se va a normalizar con el esfuerzo de todos.
En ese sentido sugiere ampliar el programa de subsidios sociales focalizados para la población más vulnerable, extendiendo la cobertura del programa Supérate, aumentando el número de beneficiarios y el monto del apoyo económico por familia; diseñar y poner en práctica un programa provisional de apoyo alimentario para la población ubicada en la clase media-clase media baja. Incluir en el mismo, los bienes esenciales que contiene el Proyecto de Ley.
La JAD les propone que el país solicite una Facilidad de Rápido Desembolso de por lo menos US$100 millones de dólares al Banco Interamericano de Desarrollo o al Banco Mundial, para financiar el programa focalizado de subsidio a los productores, que están sugiriendo.
«Nuestro país hizo uso de estas facilidades en el ano 2008, cuando el mundo vivió un alza en el precio de los alimentos básicos que consume la humanidad. Estas medidas aumentarían la capacidad de compra de la población más pobre y de la clase media-media baja», resaltó.
