*Por Raphy D´ Oleo
Radio GPT, la primera emisora impulsada por inteligencia artificial, es sin dudas, el primer gran reto que enfrenta la radio de hoy y sus protagonistas. Ya Apple cuenta con 3 estaciones, Amazon 1 y Spotify otra.
Desde colocar música, ofrecer noticias, informes del tráfico y el clima mediante una magnifica combinación de tecnología y contenido, el sistema elabora un guión que es convertido en audio por una o varias voces, las cuales pueden ser nuevas o réplicas de voces de personalidades existentes.
De inmediato crea blogs y publicaciones para las redes sociales y plataformas digitales con información en tiempo real.
Con seguridad puede hablar sobre canciones y sus artistas, extrayendo informaciones de su amplia base de datos y lo que ocurre en el mercado de su zona de influencia, saludando a los oyentes y entrevistando a invitados especiales y expertos. Escanea Facebook, Twitter, Instagram y más de 250,000 fuentes de noticias e información para saber los temas que son tendencias.
Un algoritmo sofisticado llamado Smart FM, permite una reducción de hasta un 40% en los costos energéticos sin comprometer la calidad del sonido ni la cobertura, proporcionando una vida útil más larga del transmisor, lo que es un incentivo extra para que los radiodifusores se motiven a engancharse en la nueva tecnología.
Es tan impresionante esta Radio GPT que coloca canciones de acuerdo al estado anímico que registra la cara de un oyente e imita la locución de un programa normal, pero le falta la emoción y carácter que un locutor humano le imprime en el mundo real.
La radio y la tv podrán tener inteligencia artificial para elegir música y noticias, pero necesitarán la voz y el estilo de un locutor, para que el medio no suene “falso” y las voces no se escuchen “robóticas”. Por eso tendrán que pagar por los derechos de uso, ejecución y propiedad sonora.
Es algo parecido a lo que ocurre hoy con la música. Ya no se usa cinta de reel to reel, ni vinilo, ni cd, lo que ha provocado que desaparezcan las disqueras como las conocíamos hasta hace poco tiempo. Ahora, el negocio es por descargas que derivan en beneficios por los derechos para todos los involucrados. Así mismo va a ocurrir con los locutores, quienes “venderán” su emoción y estilo, y entonces la locución dejará de ser una profesión para convertirse en un oficio.
Tener nuestra emisora virtual permite que usemos la inteligencia artificial, para empoderarnos con medios propios y manejarlos a nuestro criterio. El internet propició que la radio ampliara su cobertura geográfica, pero la inteligencia artificial hará que vuelva a ser local, personalizando los lugares y automatizando la experiencia acumulada con los oyentes.
La robotización de la voz provocará una involución extrema de la locución, pues mientras antes el profesional de la radio debía tener conocimientos fundamentales, dicción extraordinaria, entonación excelente y buena fluidez, hoy la inteligencia artificial aporta la capacidad, y todo lo demás será añadidura sin gusto, sin emoción y sin estilo.