No hay otra medida preventiva, con la excepción del acceso al agua potable, que haya tenido mayor impacto en la reducción de muertes en la población que las vacunas.
Ramón Toribio, neumólogo de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), explica que a partir de la década de 1940 se empezaron a desarrollar la mayoría de las vacunas para prevenir infecciones respiratorias.
Dentro de las que se lograron y que ahora se puede tener acceso como medida preventiva para conservar la salud está la vacunación contra la gripe o influenza.
Este es un importante problema de salud pública, pues se estima que anualmente, el 5-10% de la población mundial la sufrirá, y de esos, tres millones desarrollarán una enfermedad grave, indica.
De igual manera, detalla que la composición de la vacuna ha ido variando desde su creación en la década de 1960.
En la actualidad, se prepara anualmente en función de las cepas circulantes durante el invierno del año anterior del hemisferio norte y el invierno del hemisferio sur del año en curso.
Su eficacia
Toribio señala que es muy común que los pacientes pregunten sobre la eficacia de la vacuna, refiriendo que a pesar de tenerla desarrollan la enfermedad. Acerca de esto el médico asegura que hay diversos factores que influyen en la eficacia, el principal es la mutación constante del virus de la gripe y los otros están relacionados con la respuesta inmunológica individual.
Según datos de los Centers for Diseases Control (CDC) de Estados Unidos, la media de efectividad es del 40 por ciento. Sin embargo, los vacunados que ingresan por esta condición presentan menor probabilidad de un internamiento en la unidad de cuidado crítico o muerte.
Vacuna contra neumonía
Es muy frecuente que los pacientes se sorprendan de que existan este tipo de vacunas al recomendársela, refiere el médico.
Toribio indica que la neumonía representa una de las principales causas de hospitalización y muerte por causa infecciosa en mayores de 65 años.
Desde un punto de vista económico es responsable de una gran carga para el sistema de salud debido a los costos de las hospitalizaciones y también al impacto en la supervivencia.
Producto de eso, la vacunación es la principal herramienta de cara a evitar este tipo de infecciones.
A diferencia de otras, en la mayoría de pacientes no es necesario continuar vacunándose con refuerzos una vez completado el esquema de inoculación.
Pues una de las vacunas disponibles es la llamada polisacárida de 23 serotipos de neumococo (bacteria que causa neumonía), la cual debido a su estructura presenta un fenómeno llamado agotamiento inmunológico, por lo que algunos grupos de pacientes por su condición médica, historial de vacunación y edad, pueden requerir un refuerzo a los cinco años.
También existen otros tipos llamadas conjugadas, que por su estructura consiguen una respuesta inmunológica más potente y duradera al generarse células de memoria, lo que evita la necesidad de refuerzos.
Vacuna contra tosferina
La tosferina es una enfermedad respiratoria causada por la bacteria B. Pertussis. Esta infección es muy contagiosa y se observan brotes cada 3-5 años. Tiene como característica que la infección natural, ni la vacuna, proporcionan inmunidad de por vida.
Sostiene que la inmunidad de la vacuna disminuye en los primeros tres años y desaparece transcurridos 4-12 años desde la última dosis, asimismo, la natural desaparece a los 4-20 años de padecerla. Este es el principal motivo por el cual al llegar a la adultez las personas son susceptibles.
“Al considerar el riesgo de infección por tosferina en adultos, se debe prestar atención en aquellos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica y asma, dado el mayor riesgo de contraerla y producir exacerbación”, dice el experto.
Agrega, que el uso de recursos sanitarios en adultos también se ve incrementado como consecuencia de la infección por tosferina, existiendo un mayor número de prescripciones de antibióticos, de consultas y visitas a la emergencia.
Vacuna contra Covid-19
Desde el año 2020 se afronta la pandemia debido a una infección respiratoria viral, de la pandemia del Covid-19, que condiciona una notable morbilidad y mortalidad.
El neumólogo refiere que esta situación ha cambiado la percepción sobre el potencial impacto sanitario, social y económico que puede llegar a suponer una infección respiratoria.
Una vez más, la vacunación ha surgido como la herramienta capaz de controlar el impacto de la pandemia y ha sido protagonista de una campaña de vacunación masiva, similar a las que se llevaron a cabo contra la viruela, poliomielitis y el sarampión hace décadas, detalla.
Futuras vacunas
El galeno destaca que actualmente se encuentran en desarrollo nuevas vacunas que pretenden mejorar la salud de la población en varias enfermedades respiratorias.
Recomendación
Es importante seguir las indicaciones del médico cabecera y del Ministerio de Salud Pública respecto a la vacunación, considerando esta como fundamental al momento de proteger ante enfermedades respiratorias.
