Todos los seres humanos, sin importar que tan educados, inteligentes o reconocidos seamos, nos preocupan las mismas cosas: Tener una sana autoestima para sentirnos seguros de nosotros mismos, siendo aceptados por los demás, para encontrar caminos que nos ayuden a superarnos y crecer.
Hablar de la imagen, de cómo nos presentamos a los demás, de cómo nos vestimos, podría parecer que es hablar de algo banal, superfluo. Nada más alejado de la verdad.
La imagen es una herramienta útil que ayuda a proyectarte, a decir quién eres y qué tienes que ofrecer. La imagen representa un valor estético importante, que muestra lo que somos y tiene una enorme influencia en todo lo que nos rodea, debemos detenernos y dedicarles un tiempo y espacio ya que es la puerta que abrimos a los demás para mostrarnos.
Por fuera y por dentro
Piense en su imagen como el empaque con el que se presenta a los demás, tanto en contenido como en presentación. El contenido es lo que somos, lo que llevamos por dentro. La envoltura es nuestra apariencia: la limpieza, el cuidado que ponemos al arreglarnos, el peso, la ropa que usamos, la manera en que la llevamos, nuestra postura corporal, los lentes, los zapatos, el peinado, es lo que los otros ven primero. La venta de nosotros mismos comienza ahí. Puede ganarse o perderse solo por el empaque.
La autoconfianza
Estamos viviendo una época de cambios en todos los planos: políticos, económico y social. Esto nos está obligando a ajustarnos a nuevos estilos de vida, a que desarrollemos nuevas habilidades para conservar los empleos, pero sin lugar a duda tenemos mucha presión y para poderle hacer frente a las presiones y exigencia todos necesitamos una buena dosis de autoconfianza, pero ¿cómo lograr esta autoconfianza?
Los medios de comunicación escritos, radiales, visuales, nos hacen creer que la autoconfianza se obtiene con elementos como la dieta, un auto, la última moda, un aparato para hacer ejercicio, no es tan sencillo. De lo que estamos seguro, que la autoconfianza es un activo muy valioso, que todos podemos tener y hay muchos caminos para lograrlo.
Recomendaciones
Para desarrollar autoconfianza se sugiere desarrollar estos tres elementos:
1. Creer en nosotros mismos. Esto es lo primero, pensar en las reservas de logros que nos hacen sentir orgullosos. Examínelas al sentirse con la autoestima baja, pues es frecuente cuando nos sentimos así, olvidar todo aquello que nos animó en otras ocasiones. Visualicemos en la mente lo que queremos lograr y venzamos esta tendencia natural predisponernos al fracaso. Lo que usted dice y piensa son órdenes para su cerebro.
2. Disciplina. Cuando nos disciplinamos en las pequeñas cosas que nos cuestan trabajo, uno se respeta más. En esa misma proporción crece la confianza. Cuando pospones el placer inmediato, este se acrecienta y se transforma en seguridad. La disciplina da seguridad.
3- Asumir las actitudes que anhelamos: Muchas veces nos preguntan, como estas y tú no estás muy bien, lo mejor que puedes decir es que de maravilla, el solo hecho de decirlo te hace sentir de maravillas, apliquemos la ley de la rotonda: vamos a darle la vuelta, las actitudes negativas son muy contagiosas. Cuando estemos nerviosos, actuemos como si estuvieramos tranquilos, el comportamiento cambia el sentimiento.
La autora
— Yanira Vicioso
La articulista es directora de Babor Dominicana, laboratorio científico alemán dedicado al desarrollo de productos de belleza, antiedad, cuerpo y maquillaje.
*Por Yanira Vicioso