La iglesia viva más antigua del continente americano

La iglesia viva más antigua del continente americano

La iglesia viva más antigua del continente americano

La Orden de Predicadores o Dominicos nació en 1216, en Toulouse, Francia, fundada por el español santo Domingo de Guzmán como orden mendicante, rompiendo la tradición monacal de la iglesia.

La orden se destacó en la Teología y la Doctrina, con figuras tales como san Alberto Magno y santo Tomas de Aquino. Más adelante, se expandió por América, África y Asia; destacándose, en Santo Domingo, fray Antón de Montesinos y fray Bartolomé de las Casas, entre otros.04/10/2019 ELDIA_VIERNES_041019_ Vida & Estilos23

El sermón

A comienzos del periodo colonial, un domingo de adviento, ante el virrey don Diego Colón y su esposa doña María de Toledo y los demás dignatarios, el dominico fray Antón de Montesinos pronunció un sermón condenatorio de las practicas abusivas e inhumanas en que incurrían los colonos, en contra de los infelices aborígenes a quienes consideraban seres sin alma.

Este sermón es considerado el precursor del Derecho de Gentes.

Esta iglesia tiene planta de cruz latina, con capillas situadas en los espacios entre los contrafuertes. Con coro alto para los canónigos. Su bóveda, es una de las grandes soluciones estructurales de la arquitectura colonial americana.

Tanto la cubierta de la sacristía como el presbiterio y el crucero se realizaron en el estilo gótico-isabelino.

Reedificada

La cubierta de la nave central, destruida durante un terremoto, fue reedificada en forma de cañón corrido, sustentada por grandes arcos de piedra que se apoyan sobre los contrafuertes laterales del templo, los que habían quedado en pie tras el sismo.

La tercera capilla del tramo sur de la nave se dedicó a la cofradía del Rosario, la más poderosa de Santo Domingo por su vinculación con la marinería, a partir del triunfo cristiano sobre los turcos, en la batalla de Lepanto.

Reedificada en los últimos años del siglo XVII, se realizó totalmente en piedra, creando para su portada, un enorme retablo en ese mismo material que presenta estilísticamente la transición entre el plateresco español y el barroco; también se realizó un retablo de madera dedicado a la Madre de Dios. Su bóveda es una de las más notables del arte colonial americano.

Dividida mediante un par de telamones clásicos, presenta sobre el espacio de los fieles, una representación del zodiaco: los doce signos expresan las doce tribus de Israel y los profetas del Antiguo Testamento, así como a los doce apóstoles. El sol es el motivo central de la bóveda, expresión de Nuestro Señor Jesucristo. Perfecto maridaje entre la antigua ciencia de la astrología y la religión.

Dedicación

La bóveda se convierte en una enorme concha venera que termina en forma de ábside sobre el retablo dedicado a Nuestra Señora de la Victoria o del Rosario. En la parte central, la hornacina que contiene la imagen, repite el motivo de la concha en el coronamiento.

La iglesia fue sometida a trabajos de restauración en su planta física y los retablos, cuadros y tallas religiosas. El retablo que preside el presbiterio de la nave, dedicado a santo Domingo de Guzmán, corresponde al periodo de transición entre el barroco y el manierismo. Aparecen simultáneamente tallas en la parte central y medallones con pinturas en los laterales.

Lo más notable es el coronamiento que presenta el escudo Imperial de Carlos V, en donde resaltan el Toisón de oro y el Águila bicéfala, con la Corona Imperial que protege a la iglesia y el convento, por orden del Emperador. Ha sido restaurado con pan de oro y policromado en diversas partes.

Restauración

El retablo plateresco del crucero sur, realizado en piedra coralina, dedicado a la Crucifixión, con María Dolorosa a sus pies, fue restaurado y completado también en madera mediante aplicación de paneles al fondo y en la base del altar. Se sometieron a un tratamiento de policromía.

La talla de esta crucifixión proviene de la escuela andaluza española del siglo XVII. Procede probablemente del taller de Martínez Montañés.

En la pared este se encuentran un retablo barroco dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, intervenido con paneles de madera policromados para completar la mesa del altar y un nuevo retablo de madera de estilo rococó, ornamentado con pinturas de rosas.

En la hornacina central, una talla del popular Martín de Porres, el primer santo negro de América.

En el crucero norte se encuentra un conjunto notable por las épocas estilísticas diferentes que, sin embargo, producen una unidad de conjunto.

Sobre dos pilastras ornamentadas, remanentes de un retablo plateresco en piedra; se colocaron múltiples placas de yesería con elementos ornamentales de motivos vegetales. Estas placas formaban un arrabá que fue completado.

Se integra a un retablo barroco dedicado a la Virgen María y a santa Ana.
El pulpito barroco, uno de los más bellos del periodo colonial, fue restaurado. Mantiene la armonía estilística con el gran retablo principal de santo Domingo y con las puertas y jambas que dan acceso a la sacristía y el patinillo posterior del presbiterio.

Su fachada

La fachada del templo es una síntesis entre finales del siglo XVI y el XVIII, cuando se produjo una significativa intervención, para corregir los daños producidos por un terremoto.

De la fachada original se conserva el rosetón que la corona, en donde se observa la riqueza de la tracería lapidaria gótica, así como el gran arco ojival que sostiene las enormes puertas de acceso.

Dos hornacinas contienen las estatuas de santo Domingo de Guzmán y santo Tomás de Aquino. El resto de la composición contiene trazos de azulejos del siglo XVI.

Un notable esgrafiado del siglo XVIII, define la portada de este conjunto monumental, de los más importantes del periodo colonial. El convento anexo ha sido restaurado en su totalidad.

Completa la fisonomía arquitectónica del templo, la enorme espadaña de la fachada norte, definiendo la entrada lateral.

Entre los grandes pilares se erigió un balcón que mira hacia el parque Duarte, lugar en donde se celebraban las corridas de toros, durante el periodo colonial.

Cronología

Fechas importantes
En 1510, llegaron los dominicos a Santo Domingo. Los trabajos del convento y la iglesia se iniciaron en 1517, en solares donados por vecinos de la villa. En 1538, en este lugar fue fundada la primera universidad del nuevo mundo.

*Por MARÍA CRISTINA DE CARÍAS, CÉSAR IVÁN FERIS IGLESIAS YCÉSAR LANGA FERREIRA