La homilía del Papa

La homilía del Papa

La homilía del Papa

La homilía de Navidad del papa Francisco, del día de Nochebuena, estuvo dirigida a la desigualdad de las clases sociales entre ricos y pobres y contra los violentos y, además, de aquellos que quieren la paz y no son capaces de evitar la guerra, especialmente la que se está viviendo actualmente en el Oriente Medio, tras el surgimiento del Estado Islámico, que mantiene una persecución contra los católicos y la falta de preocupación de los gobiernos del Oeste por resolver dicha situación para acabar con la lucha entre religiones.

En su acostumbra misa de Nochebuena pronunciada en la iglesia San Pedro, el Papa dijo sentir gran preocupación y tristeza por la situación mundial, la falta de paz y las condiciones en que viven los países en guerra, siendo aterrador ver por el estado que atraviesan los niños, quienes tienen que huir diariamente para salvar sus vidas, donde muchos de ellos perecen haciendo peligrosas travesías en frágiles embarcaciones, tratando de llegar a territorios seguros, mientras otros pocos viven en la opulencia, sin recordarse de los que sufren.

El Papa ha pedido al mundo dejar detrás la hipocresía y compartir las riquezas entre los más necesitados, la niñez, que son los más vulnerables.

De igual manera dijo que a muchos niños se les impide el derecho a nacer, estas palabras las pronunció el pontífice como si estuviera enviando un mensaje tanto al Presidente dominicano como al Congreso Nacional, frente al veto en la cláusula referente al aborto en la reforma constitucional y sus consecuencias en caso de abolición de la penalización.

La mayor preocupación del Papa se centra en gran parte al estado de sitio a que están siendo sometidos los católicos en el Oriente Medio, hoy más que nunca, justamente donde nació dicha religión a principios del siglo II, en Antioquía, territorio sirio, donde el Estado Islámico ha destruido los templos existentes, tratando de borrar las prácticas cristianas para imponer sus creencias y su conducta, aniquilando con ello a todo aquel que profese la fe en Dios.

El Santo Padre además fustigó a las grandes potencias que atizan la guerra en vez de buscar la paz, con otras palabras se refirió a los que en nombre de la paz hacen la guerra para sacar sus propios beneficios, sin importar el dolor que causan a la humanidad, porque destruyen ciudades, propiedades y sobre todo a los seres humanos.

El papa Francisco se refirió al martirio que viven actualmente los palestinos, sirios e iraquíes kurdos y otros, mientras las grandes potencias no han sido capaces de impedirlo, porque solo buscan sus intereses sin importar el sufrimiento de la humanidad, con o sin alianzas, aunque lo haya dicho con otras palabras, para él es su gran preocupación.

El papa Francisco quiere ver el bienestar de los pueblos y que los políticos sean más sinceros en el manejo de la cosa pública, donde se tome en cuenta, principalmente, a los niños que sufren las consecuencias económicas acontecidas por las imposiciones políticas de los gobernantes, donde muchos países viven por debajo del nivel de la pobreza.

El pontífice no quiere ver más niños padeciendo hambre y bajo la guerra, mientras los políticos se reparten el botín público, y los ricos hacen de las suyas; lo dice porque él solo quiere ver justicia social, igualdad entre los seres humanos, a través de una repartición equitativa de las riquezas existentes.

El papa Francisco es un hombre liberal, moderno y que predica el amor al prójimo, sin importar: raza, color ni clase social, fue por ello que siendo cardenal, cuando fue escogido como la principal figura en el Vaticano, sectores poderosos trataron de impedirlo, pero ahí lo tenemos luchando por el bien de todos, es por ello que clama a favor de los desamparados y arremete contra los desalmados. ¡Qué viva el Papa!



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