Esta mañana meditaba en el Señor y me sentía grandemente regocijada en torno a cómo desde pequeñita he tenido el gran privilegio de depender de Dios. En mis momentos de pruebas y aflicciones el Gran Yo Soy ha sido mi refugio y aun cuando siento desfallecer y me parece que no tengo fuerzas ni para pensar y mucho menos de sentirme confiada..-créanme todos pasamos por eso-, es ahí que Dios como Padre amoroso te envía ángeles en forma de familiares, amigos y hermanos en cristo, que pueden interceder por ti y una vez más el nombre de Dios es glorificado.
Cuando pedimos a Dios por algo, debemos estar preparados para recibir respuestas, en muchas ocasiones las mismas no vienen envueltas en el papel de regalos que pensábamos y en el proceso de abrir el mismo nos llegan lágrimas, decepciones, aflicciones pero es solo la envoltura, porque la petición contestada está al quitar el papel del regalo y luego veremos que sobrepasa nuestras expectativas, señores, el creador de todas las cosas da muchos más abundantemente de lo que podemos imaginar.
Dios prometió a Job y con él a todos los que de una manera hemos pasado por tiempos difíciles lo siguiente: ¨Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer estado será muy grande.” Job 8:7. Que gran promesa nos ha dado el que todo lo puede, quizás podemos decir…¿y qué de mique tengo una enfermedad incurable, o estoy condenado a muerte, o tengo una condena de 30 años de cárcel, o de repente otro que tenga una deuda impagable y no sabe qué hacer?
A cada una de estas interrogantes hay la mayor de las respuestas, al momento que crees en el que nos ha legado esa promesa y le entregas tu vida a él, ya se ha cumplido la misma, ya tu postres estado comienza a ser mejor, ya tienes en quien depositar tus cargas e inmediatamente el Santo Espíritu de Dios comienza a permear tu espíritu, mente y corazón y a ver tu realidad bajo otra perspectiva.
Cuando el Señor entra a tu corazón, empezarás a darte cuenta que aquí somos peregrinos y extranjeros y en algún momento nos tocará partir y que lo importante de esta realidad es que lo hagamos con Cristo, y si tu realidad es cualquiera de las ya mencionadas, también te tengo una buena noticia, donde quiera que estemos podemos ser bendecidos y lo que pensamos que es lo peor, allí Dios puede glorificarse…el gran secreto de la felicidad está de depender del gran Dios y dejar que su Plan se cumpla en nosotros, porque Él es un Dios de detalles.