La gobernanza oceánica: un enfoque desde República Dominicana

A propósito de la celebración esta semana de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3) realizada en Niza, Francia, en la que se dieron cita líderes políticos mundiales, científicos, activistas y empresas, y en la que nuestra República Dominicana resultó electa para ocupar la vicepresidencia de América Latina y el Caribe. Visto desde ese contexto, y por la gran importancia que demanda el tema de los océanos producto del cambio climático que nos afecta con la creciente emergencia oceánica mundial, es que en esta ocasión nos centramos en resaltar en este artículo la gobernanza oceánica desde un enfoque del territorio dominicano.
Antes de continuar se hace necesario conceptualizar sobre la gobernanza oceánica, en ese sentido, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), principal autoridad mundial en materia de medio ambiente, la gobernanza de los océanos desempeña un papel vital en la gestión sostenible y la conservación de los océanos del mundo, protegiéndolos para las generaciones futuras. Implica la regulación y administración de los usos del océano, con el objetivo de mantener la biodiversidad, mitigar los impactos del cambio climático y promover medios de vida sostenibles.
Según datos de National Geographic, los océanos ocupan un 70% de la superficie de la Tierra y su importancia a nivel global no solo se reduce a ser el hábitat más grande del planeta, sino que son uno de los principales reguladores del clima y la meteorología, por lo que se hace necesario su protección y conservación.
Reconocemos que en estos momentos estamos ante una ascendente emergencia oceánica producto de la contaminación por plásticos, la sobrepesca, la destrucción del hábitat, el cambio climático, entre otros. Con este complejo escenario descrito y para hacer frente a los retos y desafíos que implica la protección de nuestros mares, los gobiernos del mundo juegan un papel fundamental desde la gobernanza oceánica.

En el caso de la República Dominicana en materia de gobernanza oceánica, reconocemos el compromiso y los esfuerzos que ha venido impulsando el presidente Luis Abinader. Entre las principales acciones que destacan desde la Presidencia de la República en materia oceánica se encuentran: la protección del 30 % de nuestro territorio marino, alcanzando una meta clave del Marco Global para la Diversidad Biológica de Kunming-Montreal.
Por otra parte, desde el país se está desarrollando una Estrategia Marítima Nacional, que representa una herramienta integral que guiará la protección y el aprovechamiento sostenible de las aguas, y promoviendo una Plataforma Nacional de Datos Oceanográficos, de acceso libre, que ya utilizan pescadores, investigadores, agencias estatales y operadores turísticos. Además la República Dominicana trabaja en un Manual Nacional para la construcción de infraestructuras marítimas resilientes al cambio climático, lo que permitirá reducir el impacto de obras costeras sobre los ecosistemas marinos.
Desde el marco de los acuerdos internacionales y del multilateralismo, pudimos ver que la semana pasada los ministerios dominicanos de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y de Relaciones Exteriores realizaron una sesión informativa para impulsar el proceso de ratificación del Acuerdo sobre la Biodiversidad de las Zonas Situadas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ), promovido por la Organización de las Naciones Unidas, con el objetivo de asegurar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina.
Recordaron que República Dominicana firmó el Acuerdo BBNJ el 20 de septiembre de 2023, reafirmando su compromiso con la protección de los océanos, la gobernanza ambiental global y la voluntad política de formar parte activa de esta nueva arquitectura internacional de gobernanza oceánica.
Además, República Dominicana forma parte de los siguientes acuerdos multilaterales ambientales: el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres y el Convenio sobre la Conservación de Especies Migratorias (CMS). Por otra parte, el país cuenta con un Gabinete Nacional de Lucha contra el Sargazo, creado en el año 2023 por decreto del presidente Luis Abinader, con el objetivo de proponer y coordinar la ejecución de las políticas públicas tendentes a revertir los efectos de esa alga marina que afecta a las playas y costas del gran Caribe.
En ese sentido, es importante destacar que nuestro país es líder en la región por las respuestas ofrecidas a la crisis del sargazo, así quedó comprobado en la Tercera Conferencia de los Océanos de las Naciones Unidas, ya que parte de la delegación dominicana encabezó la apertura del evento de alto nivel “Sargassum Crisis: Regional Cooperation and Response Towards New Opportunities”.

Para seguir hablando de liderazgo regional, en el marco de la UNOC3 valoramos como positivo y significativo el llamado que realizó el presidente Luis Abinader ante líderes mundiales para que la Asamblea General de las Naciones Unidas reconozca y atienda con carácter de urgencia la proliferación del sargazo en el Caribe, visto que esto representa una crisis ambiental, económica y sanitaria, lo que requiere una respuesta global y coordinada.
Para finalizar, el tema de la protección y conservación de los océanos a nivel mundial, no solo depende de la gobernanza y de las acciones empresariales, es un trabajo que va más allá y requiere el compromiso de las sociedades, por lo que como ciudadanos y ciudadanas tenemos el gran reto de colaborar desde nuestras acciones cotidianas, como por ejemplo: entre otras cuestiones, reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y el consumo de energía; reducir el uso de plásticos, realizar compras más sostenible, cuidar nuestras playas y mares, y colaborar en proyectos de conservación marina.
Así que hago un llamado a no olvidarnos del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14, Vida Submarina, el cual pretende conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.