No es nada, viene de un proceso de largos años.
En virtud de la pobreza que siempre ha existido en la franja fronteriza, muchos dominicanos han optado por emigrar hacia las grandes ciudades, principalmente Santo Domingo y Santiago.
Pero ese proceso ha devenido en que esos lugares sean ocupados por inmigrantes haitianos, contribuyendo a la deforestación progresiva, ante la mirada indiferente de las autoridades.
De ahí que los esfuerzos gubernamentales han sido y deberán ser mayores para asumir el control de la frontera, combatiendo inclusive el tráfico de personas, de armas y de drogas que impera en esta zona.
La situación ha caído en un grado tal que hasta enfrentamientos entre haitianos y dominicanos se han producido por causa de malquerencias que se vienen acumulando desde hace años.