La situación se agrava en Haití, con un alto nivel de violencia que preocupa a las Naciones Unidas.
La existencia de bandas que operan sin ningún control constituye un gran peligro para la seguridad de los propios haitianos y para los posibles turistas.
Dos hermanos residentes en Haina fueron víctimas de un rapto por varias semanas, logrando recuperar su libertad gracias a gestiones de las autoridades dominicanas.
De ahí que haitianos desesperados protestan del lado fronterizo por Dajabón ante el cierre y la baja operatividad del mercado binacional por causa de la pandemia del Covid-19.
Aunque la vigilancia ha sido reforzada, muchos sectores no verían dada mal que ese lado y toda la frontera mantengan una permanente seguridad para proteger la tranquilidad en la parte limítrofe que corresponde al país. Todo por el hecho de preservar la paz entre los habitantes que viven totalmente desesperados.
La reacción de Abinader
La controversia por la construcción del canal de riego para el desvío del río Masacre es otro de los escollos en las relaciones con Haití. No ha valido de nada que el presidente Luis Abinader reclame el cese de los trabajos y así reanudar el diálogo dentro de los canales diplomáticos para dirimir el conflicto.
En dos ocasiones ya el mandatario se ha pronunciado para llamar la atención de las autoridades haitianas, pero parece que este reclamo no ha llegado al vecino país, ya que se tiene informes de que se continúa con los trabajos a pesar de la desavenencia que ha expresado el Gobierno dominicano por esta obra.