Un grupo de libreros ha pedido que la Feria del Libro se extienda una semana más, lo cual difícilmente pueda ser complacido por el Ministerio de Cultura por razones de logística y de costos.
Justifican su pedimento en que ha habido poca afluencia de público y que por lo tanto no han cubierto sus costos. Pero reconocen que el evento ha logrado una gran organización.
Hay que comprender que en esta oportunidad se ha hecho un gran esfuerzo por devolverle su verdadera razón de ser a la Feria del Libro.
Sigue siendo popular, pero con el libro como centro de atención. Durante años el evento había concitado una gran concentración de público, pero llevaba un rumbo en el que el libro estaba perdiendo su protagonismo.
La Feria del Libro se trata de un evento popular, pero de la cultura.
Resulta natural que los cambios que se empezaron a introducir desde este año trajeran consigo una reducción del público, pero en esta oportunidad los que van están atraído por el libro, un paso importante para acercarlo a la buena lectura.
La razón de ser de la Feria del Libro no es que los libreros vendan más, sino que el público se acerque a la lectura, lo que a su vez se traducirá en el futuro en más clientes para los libreros.
Lo que sí pudieran pedir estos es que el Gobierno les entregue incentivos a los visitantes para que compren libros, ya sea en forma de bonos o con algún otro mecanismo.
La Feria del Libro merece el apoyo de todos.