Qué es la felicidad. Pienso que no existe una definición única y perfecta que se adapte a cada individuo. Las definiciones también han de variar, según las necesidades y situaciones individuales y grupales. Cada persona puede hacer su propia definición de lo que es la felicidad en su caso. En este momento, si tuviera que decir mi concepto circunstancial, dijera que nada mejor que estar en la República Dominicana.
No importa cuánto calor pueda hacer o cuánto pueda llover, digo como la canción: “La lluvia no daña mi fiesta…”, muchos dominicanos anhelan vivir en tierras extranjeras; en la mayoría de los casos en busca de mejores oportunidades económicas para ellos y sus familias. Una vez en tierras extranjeras, no importa la bonanza, las oportunidades o el reconocimiento que se pueda alcanzar; cuando regresas al pedazo de isla sabes que eres feliz y más que afortunado.
La nostalgia y las añoranzas mantienen a los viajeros en continua preparación de un viaje a casa, aunque sea por unas cortas vacaciones. Otros pasan casi toda su vida preparando su retorno permanente. Envían la mayor cantidad de sus ingresos a la República Dominicana para construir sus casas, a las cuales muchas veces regresan por dos semanas cada año y con la ilusión de regresar después de su retiro.
Muchos logran retirarse y volver a su tierra, otros jamás lo consiguen. Las circunstancias son muy distintas en cada caso, pero lo que sí es cierto es que aunque sea por un suspiro que regresen, la felicidad y la recarga energética que se obtienen perduran hasta el próximo viaje, y motivan a seguir el batallar para organizar ese nuevo retorno. Lo sé porque las “tripas” me lo dicen, y es que por fin estoy en mi pedazo de isla.