Es esencial comprender que la crianza va más allá de las necesidades físicas, involucrando una dinámica emocional compleja que requiere equilibrio y comprensión mutua.
SANTO DOMINGO.-En un mundo donde las concepciones sobre la familia evolucionan constantemente, surge una pregunta crucial: ¿Es válido romper los lazos entre padres e hijos cuando el conflicto es insuperable?
Enric Soler, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, ofrece una visión profunda sobre las dinámicas familiares contemporáneas.
Advierte sobre el crecimiento de esta tendencia, describiéndola como una fractura que se extiende silenciosamente por la sociedad. Datos de investigaciones en Estados Unidos y Reino Unido muestran que un número significativo de personas han cortado lazos familiares, lo que plantea interrogantes sobre la estabilidad del concepto de ‘amor familiar incondicional’.
El contexto social, según Soler, es fundamental para entender esta tendencia. La generación anterior, influenciada por las experiencias de posguerra, priorizó lo material sobre lo emocional, descuidando así la nutrición afectiva de sus hijos. Esto ha llevado a que jóvenes se enfrenten a la etiqueta de ‘generación de cristal’, caracterizada por su fragilidad emocional.
Sin embargo, Soler señala que esta ruptura generacional podría abrir paso a nuevas dinámicas familiares aceptadas socialmente. La aceptación de temas controvertidos como el divorcio y la eutanasia indica un cambio en la percepción social, preparando el terreno para la aceptación de la ruptura familiar como una realidad.
Los motivos detrás de estas rupturas pueden ser variados, desde conflictos de valores hasta traumas no resueltos.
Abordaje
—Mirada psicológica
El especialista asegura que es crucial abordar estos problemas desde una perspectiva psicológica, reconociendo el dolor tanto para los implicados como para las víctimas colaterales, como los abuelos.