En avenidas de la ciudad de Santo Domingo enseñorean unas vallas que promueven al Dr. Leonel Fernández con el mensaje: “Acciona República Dominicana, para que siga el progreso”.

El trasfondo, ni tan subliminal, es un llamado a la unidad y a la actuación de la dominicanidad como un todo… en la que la idea secundaria “para que siga el progreso” es una envoltura al propósito central cual es, promover el sentimiento nacional, y si se tiene en cuenta el contexto político y social actual, se supone fácil que se promueve versus los nacionales haitianos que, justo en este momento y por iniciativa de la corriente del Dr. Vincho Castillo, están siendo considerados sino como el principal al menos como uno de los principales problemas del país.

La divisa “Acciona República Dominicana” es idea que empuja la ola antihaitiana del momento, y se monta encima de esta para colocar al Dr. Leonel Fernández como eje central del sentimiento dominicanista que en la ideología dominante criolla tiene como antítesis a lo haitiano.

Y de paso desconoce los reales problemas nacionales como la pobreza, la corrupción y la impunidad, el desempleo, la inseguridad ciudadana, los relacionados con educación, salud, seguridad social, producción en general, y otros tantos cuya solución no puede ser ofrecida por el ex mandatario, simplemente porque esos problemas pervivieron en sus gobiernos.

El nacionalismo conservador pretende que se borran las diferencias entre ricos y pobres, entre dueños de empresas y trabajadores, en torno a la defensa de la dominicanidad.

No debe haber ninguna reserva al considerar que ese interés es parte consustancial de un derrotero conservador que se mueve de lo pequeño a lo grande por los rieles de la nueva derecha dominicana, heredera del ideario y las fuerzas sociales del balaguerismo, que pretende con la divisa “Acciona República Dominicana” que no hay otros problemas en el país, sino solo la amenaza a la dominicanidad.

Un derrotero como ese, tuvo en la Europa de los años de 1930 en adelante unos resultados muy negativos para las libertades públicas, los derechos democráticos y hasta para la vida de millones de personas.

Aquí debemos pararlo ahora. La política de Convergencia es una posibilidad para lograr ese pare.