
SANTO DOMINGO.-“Hey, cómpreme algo…”. La voz quebradiza y tímida de José (nombre ficticio), ofertando sus dulces al mejor postor, a las 10:00 de la noche en el Malecón de Santo Domingo, cambió el ánimo al paseo que con entusiasmo habíamos iniciado horas antes, al ver el drama que golpea a muchos infantes.
Con una bandeja a cuesta su pasarela parecía no tener fin, a pesar de que la generalidad de los niños duerme a esa hora para integrarse a la escuela en la mañana siguiente.
Él forma parte de los 323 mil niños, equivalentes al 12.8 por ciento de la población infantil, explotada laboralmente en el país, que hasta el año 2014 registró la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR –MICS).
Al conmemorarse este martes 12 el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, José no es el único en esa condición.
Con 11 años de edad, lleva tres que dejó las aulas porque no sacaba buenas notas y se dedicó a vender dulces para ayudar a su madre soltera y desempleada, con quien vive junto a su abuela en el sector Los Guaricanos.
