Uno de los consejos más frecuentes de los médicos a sus pacientes es el tratar de llevar una vida saludable, basado en una alimentación balanceada y realizar algún tipo de ejercicios.
Esto con la finalidad de prevenir múltiples enfermedades, como es el caso de la esteatosis hepática, que en el lenguaje común se conoce como “grasa en el hígado”.
Esta condición tiene una prevalencia mundial de un 30 %. En países occidentales, como República Dominicana, puede llegar la prevalencia de hasta casi 46 %, asegura la gastroenteróloga Fabiolina Sánchez.
Dicha enfermedad abarca desde la esteatosis simple a su manifestación inflamatoria que es la esteatohepatitis. Luego de esta, la evolución continua a fibrosis, cirrosis y en contadas ocasiones a carcinoma hepatocelular.
Esta evolución de etapas no siempre va a ocurrir, ni su ocurrencia evoluciona igual en todas las personas que lo padecen, dependerá de diversos factores propios de la persona que lo padece.
Este dato es avalado por Sánchez, quien pertenece al equipo de la Unidad de Gastroenterología de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), quien indica que cada vez son más frecuentes los diagnósticos de esteatosis hepática.
“La esteatosis hepática es una condición en la que las principales células del hígado, los hepatocitos, se ven “invadidos” por pequeñas gotas de grasa en su citoplasma.
Esto ocurre cuando tenemos algún trastorno alimentario, cuando no consumimos alimentos saludables, padecemos de algún trastorno metabólico como la diabetes mellitus o una condición como la resistencia a la insulina”, explica la especialista.
Es multifactorial
Existen otros factores, tales como las infecciones por virus de hepatitis, ingesta de algunos medicamentos con cierta toxicidad hepática, las cirugías metabólicas y las grandes pérdidas de peso, estas dos últimas debido a la gran movilización de grasa que ocurre en poco tiempo llegando a depositarse de manera anómala en el hígado. Otra condición donde se acumula grasa en el hígado y es el consumo frecuente de alcohol, es la forma de mano hepático más frecuente y mejora de manera sustancial al abandonar el hábito.
Por lo general, la condición de esteatosis, no suele causar problemas, siempre y cuando no se acompañe de inflamación, conocido con el nombre de esteatohepatitis, que es cuando la esteatosis produce inflamación del hígado y, cuyo diagnóstico, hasta ahora, es solo evidenciado por una biopsia hepática.
Indica: “La esteatosis hepática debe sospecharse en niños obesos, si es así debe ser tratada de inmediato”, destaca Sánchez.
Posibles causas
Esta enfermedad es causada por una dieta o estilo de vida occidental, ingesta alta de grasas saturadas, alta ingesta de fructosa, y dietas muy calóricas. “Es válido recalcar la ingesta de alcohol, aunque se toma como entidad aparte llamándose hígado graso alcohólico o esteatosis hepática por alcohol, siendo una causa muy frecuente.
Pero… ¿ por qué sucede?
La especialista dice que básicamente es porque el hígado se ve incapaz de eliminar los ácidos grasos y los triglicéridos, de forma que poco a poco estas grasas se van acumulando en las células hepáticas o hepatocitos. Es una patología que muchas veces no presenta síntomas aparentes o son confundidos por otra condición.
“La esteatosis y peor aún, su fase inflamatoria (la esteatohepatitis), no dará síntomas a menos que existan más factores que se sumen, y no necesariamente serán atribuibles directamente a la misma”, apunta Sánchez.
Los síntomas
En la mayoría de los casos, el paciente se encuentra totalmente asintomático y, de existir síntomas, normalmente se deben a otra condición, como la diabetes, inflamación hepática por infección, trastornos de resistencia a insulina. En estos casos, la esteatosis se descubre por análisis causal solicitado por el médico.
También puede iniciarse el estudio porque el médico haya palpado un aumento del tamaño del hígado en la exploración del abdomen. En los casos en los que la causa sea el alcoholismo, el enfermo puede tener otras alteraciones, tanto físicas como bioquímicas (de laboratorio) que sugieran seguimiento más estricto.
Luego de que su médico haga el diagnóstico, Sánchez comenta que inmediatamente debe iniciarse el tratamiento, el cual incluye ejercicios cardiovasculares, una dieta balanceada y un antioxidante, que en este caso el más usado y aprobado por la Asociación Americana de Gastroenterología, es el consumo de vitamina E. “Es importante mencionar que a la fecha, no existe ningún medicamento aprobado que funcione como “extractor” de grasa hepática.
Concluyó diciendo que no existen medicamentos que “limpien” o “desintoxican” el hígado, es vital que si en su historial familiar se encuentra la esteatosis hepática procure mermar el consumo de alcohol.
Las medidas preventivas
Se deben evitar los factores de riesgo que propician su aparición, modificando el estilo de vida en aquellos casos en que sea preciso.
Según investigaciones, el 60-90 % de las personas con obesidad acaban desarrollando esteatosis hepática. Bajar de peso o controlarlo, es una forma de prevenir y curar esta patología.