México.- Que la salud llegue al paciente y no que el paciente salga a buscar la salud” es una frase que resume el espíritu de la conversación con Álvaro Soto, gerente general de Roche Pharma para caribe, centroamérica y Venezuela, en el Roche Press Day 2025, celebrado en ciudad de México, bajo el lema “La equidad desde el centro de la comunidad”.
El enfoque, explica Soto, busca colocar a las personas en el corazón de los sistemas de salud y avanzar hacia modelos donde la innovación, acceso y equidad dejen de ser aspiraciones y se conviertan en realidades tangibles.
En el caso de República Dominicana, reconoce que el país ha dado pasos importantes en materia de diagnóstico, pero advierte que la velocidad de incorporación de tratamientos innovadores sigue siendo un reto que impide cerrar el círculo de la atención integral.
¿Qué significado tiene el enfoque de equidad desde el centro de la comunidad y cómo se traduce en la estrategia de Roche?
Significa que la salud debe llegar al paciente, y no que el paciente tenga que salir a buscarla. Uno de los grandes temas que deben abordarse en materia de equidad es cómo garantizar que un paciente que vive fuera de los centros urbanos reciba la misma calidad de atención que uno que vive en la capital.
Eso no sólo mejora su calidad de vida, sino que también representa un ahorro para los sistemas de salud, que muchas veces deben asumir el costo de su transporte, alojamiento y alimentación.
Además, tiene un impacto positivo en la huella ambiental, al reducir el uso de transporte en una región dependiente de combustibles fósiles.
Por eso participamos activamente en los esfuerzos de descentralización de la atención y promovemos conversaciones para que los sistemas de salud incorporen este enfoque como elemento esencial para mejorar la atención.
Desde su posición, ¿cuáles son los principales retos para alcanzar la equidad en el acceso a la salud en América Latina y Caribe?
La equidad implica que todas las personas -hombres, mujeres, sin importar dónde vivan- tengan las mismas oportunidades de acceder a la salud. Uno de los grandes retos es la distancia geográfica, que crea desigualdad.
Otro tiene que ver con el rol de la mujer: en muchos de nuestros países sigue siendo el pilar de la familia y la principal cuidadora, lo que la lleva a sacrificarse y a descuidar su propia salud. También está la inequidad educativa. Un paciente informado entiende mejor su enfermedad, la previene y maneja mejor. Un paciente mal informado, no. La educación es, sin duda, un componente esencial de la equidad en salud.
Roche fue pionera en la medicina personalizada.
¿Cómo se relaciona este enfoque con la búsqueda de mayor equidad en los sistemas de salud?
La medicina personalizada permite entender cómo cada persona responde a un tratamiento. Eso evita desperdicio de recursos y exposición innecesaria a medicamentos que no generarán beneficios. La clave
está en el diagnóstico, que es el primer paso. En República Dominicana, este punto se ha comprendido muy bien.
Por citar ejemplos, los dos principales centros oncológicos han invertido en tecnología de punta, y el sector privado cuenta con buenos laboratorios.
Sin embargo, el reto está en el paso siguiente: el acceso al tratamiento. El proceso de inclusión de nuevos medicamentos en el sistema dominicano, tanto en lo privado como el fondo de enfermedades catastróficas es lento, lo que genera un desfase entre la rapidez del diagnóstico y la disponibilidad del trata miento adecuado. Hay avances, pero todavía se necesita mejorar la logística, gestión de inventarios y eficiencia administrativa para optimizar recursos y ampliar el número de beneficiarios.
Y, sobre todo, reforzar las alianzas entre el sector público, la industria y la academia.
En muchos países los avances científicos no siempre se traducen en acceso equitativo.
¿Qué acciones pueden impulsar una mejor conexión entre innovación y acceso?
Esa es la pregunta del millón. La innovación no tiene sentido si no llega a las personas que la necesitan.
Las barreras no son sólo financieras, hay obstáculos geográficos, logísticos y humanos. Un paciente puede tener el medicamento aprobado, pero si no hay un especialista que interprete la mamografía o los reactivos necesarios para su prueba, la innovación no se traduce en atención. Por eso, más allá del costo, necesitamos alianzas público-privadas basadas en la confianza. Sin confianza, no hay alianza.
El sector público teme ser percibido como influenciado por el privado, y eso frena la colaboración, pero la transparencia es el camino: hacer acuerdos verificables, auditables, con rendición de cuentas y participación de los medios como veedores. Al final, el objetivo es común: que el paciente reciba la atención que necesita. Y para lograrlo, todos —Estado, industria, academia y sociedad civil— debemos
involucrarnos más. No se trata de delegar la responsabilidad al político, es sumar voluntades.
¿Cómo valora el panorama actual del acceso a tratamientos innovadores en el país?
Hay una gran preocupación porque el catálogo de las ARS no se actualiza desde hace tiempo.
En salud, los progresos son constantes y quedarse atrás significa negar oportunidades. Lo digo
con claridad: no se trata sólo del costo. También hay que considerar los beneficios y ahorros a
largo plazo. Por ejemplo, los nuevos tratamientos para hemofilia han transformado la vida de los pacientes, donde niños que antes no podían correr hoy practican karate o fútbol. Esa innovación no sólo cambia vidas, también reduce hospitalizaciones, cirugías y tratamientos complementarios. Hay que abrir la mente para evaluar correctamente el impacto de la innovación, más allá del gasto inmediato.
¿Qué buenas prácticas ha identificado en la salud dominicana?
Dominicana tiene una estructura de salud muy similar a la de Colombia y las bases están dadas para que funcione como un verdadero seguro de salud. Lo que se necesita es liberar las amarras que impiden su pleno desarrollo. Si eso se logra, el sistema dominicano podría ser un ejemplo regional, en acceso al paciente y eficiencia de costos.
Roche desarrolla proyectos de impacto social en el país. ¿Podría compartir alguno?
En República Dominicana apoyamos a ‘Abriendo caminos’, ubicada en una zona muy vulnerable de
Santo Domingo, donde muchos niños son hijos de madres solas o en situación de prostitución.
Allí reciben apoyo escolar, actividades los fines de semana y acompañamiento emocional.