La entrevista

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La entrevista

Ana Blanco

Amo lo que hago, lo saben. La niña que soñaba con trabajar en la redacción de un periódico y contar grandes historias sigue ahí.

He logrado desarrollar múltiples facetas dentro del mundo de la comunicación, a veces cuando me preguntan qué hago, me dan ganas de responder: simplemente comunicar, sin importar cómo, dónde y cuándo.

He evolucionado a la par de mi profesión y cada día aprendo algo nuevo y me fascina.
Pero esta semana pude regresar al periodismo en su máxima expresión, por lo menos para mí. Ese que te coloca frente a una persona a la que tienes que mirar a la cara y entrevistar.

Hacer preguntas. Primero, investigar y prepararte. Tener muy claro lo que quieres conocer de esa persona.

Después, lograr que entre en confianza y sienta que no está frente al enemigo, sino al lado de alguien que le va a escuchar.

Y luego preguntar, empatizar con cada una de las cosas que te dice y tener la rapidez mental para analizarlo y, si tienes que salirte del guión y preguntar para lograr la respuesta adecuada, hacerlo. Eso no se logra con un celular, un “e-mail”, un video, un “podcast” o un “voice note”.

Se alcanza a través de la conexión humana, viviendo tu pasión como periodista hasta el último resquicio. Notar que la persona que comenzó juzgándote como alguien que iba a escarbar en su vida, acaba viéndote como el vehículo a través del cual contar lo que piensa, siente y quiere no tiene comparación.

Perderás la conexión en más de un momento, pero saber reaccionar llega con la experiencia y, sobre todo, con el interés.
Los jóvenes que me leen y aman la comunicación deben saber que el talento sin interés, una pizca de sentido común, mucha formación y mucho trabajo, simplemente no sirve.



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