Las reformas que todavía no encuentran el camino del Centro de los Héroes, y la constitucional, que fue introducida el día 19 de agosto pasado, han tenido la virtud de sacar de los ambientes de opinión a la Ley 1-24 —la que crea la Dirección Nacional de Inteligencia— de la preocupación en organizaciones, instituciones y opinantes.
Del avispero desatado con la aprobación y promulgación de la referida ley en enero pasado sólo quedan al día de hoy los recursos llevados ante el Tribunal Constitucional por alegadas violaciones a los artículos 44, 49 y 69 de la Constitución, que consagran derechos a la intimidad y el honor, la libertad de expresión e información.
Y la que falta
Si el proyecto de reforma de la Carta Sustantiva ha sido bastante para que se olviden las amenazas sobre varios derechos fundamentales, ¿qué no ocurrirá cuando finalmente sea entregado en el Congreso Nacional el proyecto de reformas fiscal? Hasta ahora la discusión es política, pero puede llegar a ser un poco más complicada.