La reforma policial ha sido una de las aspiraciones del presidente Luis Abinader y alrededor de este punto han girado algunas de sus promesas políticas más antiguas. Al parecer convencido de que la seguridad es un asunto de gran sensibilidad en la opinión pública, ha dedicado un gran esfuerzo de imaginación y busca de asesorías para aplicar un cambio a fondo.
Con la mirada puesta en la transformación de un cuerpo orientado al orden público, acaba de presentar su “Plan Estratégico para la Reforma Educativa de la Policía Nacional”, en el que al parecer tiene cifradas grandes esperanzas.
El Plan Estretégico tiene el propósito de impactar en 35,000 agentes policiales en sus diferentes jerarquías, mediante 1,400 cursos. Es, en consecuencia, un programa educativo.
Antes han sido exploradas otras vías para la mejora de la Policía, entre ellas la de los ingresos, bajo el entendido de que con mejores sueldos los agentes, en sus distintos rangos, tendrán una mejor valoración del cuerpo al que pertenecen y estarán en condiciones de ir dejando atrás la búsqueda de ingresos laterales.
Con el final de este ciclo habremos de contar con policías más educados y mejor pagados.
Parece llegada la hora de hacerle entender a la población qué es un policía y para qué sirve, de manera que no sólo contemos con agentes bien formados, sino con una población educada sobre el orden público.