Hay que ser muy ingenuo para pretender que lo que ocurre frente a 30 personas quede como un secreto y menos si los comensales son dominicanos.
Ni la deidad Apolo logró que todos le guardaran el secreto sobre sus devaneos con la ninfa Yuturna. La bella Lara no se resistió y se lo contó a la esposa del dios Apolo, quien en castigo le cortó la lengua.
Solo después de eso Lara guardó silencio y fue asumida luego por la mitología romana como la diosa muda.
Si ni los dioses lograron discreción entre muchos, cómo pretender que ese milagro fuera posible en el Comité Político peledeísta, en especial cuando no se trataba del entierro del cadáver de un asesinato colectivo.
Algunos con disfrute por la afrenta y otros con disgusto por el encaro, decían con sonrisa o indignación lo que ocurrió en la última reunión de ese organismo entre Félix Jiménez (Felucho) y Leonel Fernández.
Averiguar el responsable de la indiscreción es tarea difícil, pues de los 30 presentes solo dos están libres de sospecha, porque el ejercicio como Mandatarios les llevó a asumir a la Lara muda y no a la indiscreta.