La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) cumple hoy 15 años de su fundación, logrando constituirse en una institución modelo en la administración pública.
Tiene la peculiaridad de que gran parte del equipo que tuvo la responsabilidad de levantar en ese entonces lo que era una nueva institución, es el que hoy la dirige.
Juan Hernández fue su director primero y es el actual, por lo tanto a él una mención doble. Valga una mención también a la otra persona que ha ocupado esa posición, Teófilo (Quico) Tabar.
La eficiencia recaudatoria de la DGII ha evitado muchas reformas impositivas, pues la reducción de la evasión fiscal ha permitido incrementar las recaudaciones sin crear nuevos impuestos. Las nuevas tasas impositivas han sido por otras razones.
Sobre su director, Juan Hernández, hay que reconocerle el tesonero esfuerzo por llevar a los niveles máximos la eficiencia recaudatoria y su ingenio para detectar la evasión.
Se ha especializado en cobrar poniendo buena cara y en facilitar al contribuyente el cumplimiento de sus obligaciones impositivas.
Sus ingeniosas maneras de detectar posibles fuentes de evasión fiscal ha obligado a muchas personas y empresas a formalizar sus actividades productivas, lo que a su vez los ha convertido en entes con posibilidad de crédito y con capacidad de hacer negocios con grandes empresas o con el Estado.
La DGII y el equipo humano que trabaja en ella tienen muchos logros que exhibir, por lo tanto tienen muchos motivos para congratularse.
