Decenas de dominicanos perdieron “todo” en el ciclón, por lo que se han visto obligados a retornar a su patria.
Santo Domingo.-La destrucción que dejó el huracán María en Puerto Rico no solo se está robando la esperanza de los dominicanos que viven en esa isla, sino que también ha quitado a los muertos el derecho de ser enterrados, por falta de documentación.
Unos 10 cadáveres de dominicanos de distintas edades llevan varios días en “neveras frías” a la espera de que las instituciones encargadas de certificar las actas de defunción y embalsamamiento les otorguen esos papeles.
Pero no se sabe cuánto más van a tardar, porque esas entidades no están funcionando. Fueron afectadas por el huracán.
El caso más viejo lleva unos 15 días esperando ser traído a tierra dominicana, un trámite que en condiciones normales duraba entre cuatro y cinco días, de acuerdo al cónsul dominicano en Puerto Rico, Franklin Grullón.
“Aquí hay caos hasta con los puertorriqueños que se mueren, porque no se pueden enterrar por falta de documentos. Los tienen en el Instituto de Ciencias Forenses, en morgue”, narró el diplomático a EL DÍA.
Pérdidas y dolor
Las causas de muertes son distintas y no necesariamente tienen que ver con el fenómeno natural, pero las vicisitudes que ha desencadenado el proceso agregan más dolor a una comunidad que lleva ya dos semanas padeciendo hambre, inseguridad y desesperación.
“Hay dominicanos que han perdido todo y las casas de otros han sido semi destruidas. No hay carnes, no hay hielo ni luz. No funcionan los pagos eléctricos ni la comunicación”, describió el funcionario.
Tampoco hay suficiente combustible, y la comida y el agua aparecen racionalizadas.
“Tenemos que hacer filas de siete horas para comprar gasolina y de cinco para usar un cajero ATH para sacar dinero, porque todo es en efectivo”, dijo Dominga Valdez, una periodista dominicana que lleva más de 15 años residiendo en la isla.
En un tono de sufrimiento e impotencia Valdez manifestó que el país ha quedado destrozado y deforestado. Afirmó que no hay facilidad de transporte ni dinero, ya que muchos han perdido sus empleos.
La situación se ha tornado tan difícil que, al igual que cientos de puertorriqueños y otros compatriotas, ella tomó la decisión abandonar la isla.
“La gente está desesperada porque todo escasea.
No se puede cocinar porque aquí las estufas son eléctricas y no hay luz”, dijo mientras abordaba el ferri para venir a Santo Domingo.
Muchos abandonan la isla
Al igual que Valdez son muchos los dominicanos que están huyendo del desastre que los rodea.
En tan sólo una semana, el consulado dominicano ha entregado 60 cartas de ruta a criollos “sin papeles” que se vieron obligados a abandonar la isla; un número significativamente mayor a las 2 o 3 que solicitan en condiciones normales.
Pero no solo huyen los criollos.
El cónsul dominicano, Franklin Grullón, comunicó que diariamente están saliendo entre 20 y 30 vuelos de puertorriqueños a Estados Unidos e incluso a República Dominicana. “No se sabe cuántos han salido, pero en un solo día se fueron 7,000”, precisó.
Zonas más afectadas
En la “Isla del Encanto” viven alrededor de 225,000 dominicanos, de los cuales se estima que unos 60,000 poseen la ciudadanía estadounidense, y otros 120,000 son residentes legales o están en proceso.
Una gran parte de ellos habita en Barrio Obrero, Ponce, Aguadilla, Bayamón y Mayagüez, comunidades que fueron fuertemente golpeadas por el ciclón de categoría 4 que el pasado 20 de septiembre azotó esa nación con vientos de 240 kilómetros por hora.
Pero los más afectados son los residentes de Villa Hugo, Villa del Sol y Cantera, donde habitan unas 60 familias dominicanas y apenas 10 puertorriqueñas. “Ahí la mayoría de las casas se destruyeron, solo se ve una rumba de escombros”, explicó Grullón.
Grado de desesperación
Ante el paso de los días sin solución, la gente tiende a desesperarse.
Se está perdiendo la esperanza y por eso ya han ocurrido saqueos, disturbios y asesinatos “hasta en la fila para comprar hielo”, dijo Francisco (Pachín) Ramírez, presidente de la junta de directores de la Casa Dominicana en Puerto Rico.
El problema es que la ayuda llega muy lenta, según Ana Marchena. Eso se agrava por el estado de las calles, que según ella no han sido limpiadas porque no hay combustible para mover los vehículos.
La esperanza está puesta en la ayuda, especialmente de Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump podría visitar hoy la isla.
Migración masiva
El gobernador Ricardo Roselló reconoció que la crisis que vive el país podría llevar emigrar a miles de puertorriqueños si no cuentan con un plan de ayuda. Entre 2009 y 2015, unos 222,264 ciudadanos emigraron de esa isla.
5 % Electricidad es la cantidad de energía que se ha restablecido.
714 Estaciones de combustibles, de más 1,000, están funcionando.
30 Vuelos por día puede recibir el aeropuerto principal de la isla.