A estas alturas nos son familiares las maravillas que se pueden lograr con la impresión en tres dimensiones, desde pistolas hasta prótesis. Pero cuando acudí a una conferencia de física en marzo no esperaba terminar con una versión impresa en 3D de mí mismo.
Sin embargo, ese era precisamente el servicio que ofrecía uno de los puestos de la reunión de la Sociedad de Física de Estados Unidos en el Día de la Industria.
Así que me subí a una pequeña plataforma giratoria, traté de permanecer quieto durante unos incómodos minutos mientras una cámara me escaneaba de arriba a abajo, y después rellené un formulario.
Unas semanas después me llegó un paquete por correo.
Y en algún lugar dentro él se encuentra mi gemelo de cinco centímetros, a la espera de que supere mi miedo y le muestre la luz del día.
Pero yo no tengo prisa. Todo esto me parece un poco… extraño.
Así que la caja lleva varios días sobre mi escritorio.
A pesar de que haberme dejado imprimir me convierte en miembro del ilustre club del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y del rey Ricardo III de Inglaterra, no estoy seguro de mi decisión.
¿Qué hace alguien con su selfie en forma de pequeña estatua? Y sobre todo, ¿dónde encuentra este negocio sus clientes?
Policías y sus armas
No es estrictamente un selfie, una autofoto, porque no me la «hice» yo mismo. Fui escaneado en una plataforma giratoria en San Antonio, Texas, y después una versión en tres dimensiones y a todo color de este servidor fue impresa en la sede de la compañía en Emeryville, California.
La empresa detrás de este montaje es Twindom. Y su confundador, Richard Berwick, me dice que con el tiempo descubrió que la clave del negocio no son, de hecho, los selfies en 3D; gente que quiera una versión impresa en miniatura de sí misma.
«Para ser honesto, este mercado es extraordinariamente pequeño, porque esto es sólo una chuchería y no tiene sentido para mucha gente». (La empresa cobra entre US$40 y US$400, dependiendo del tamaño de la figura).
En lugar de ello, Berwick dice que el objetivo de la compañía son ahora las familias, los padres y los dueños de mascotas; gente que quiere un recuerdo de un ser querido.
«No suele ser la gente que se escanea la que se queda con la impresión (en 3D). Es siempre para sus amigos y familiares», explica.
Y cuando eran varios miembros de una familia o una mascota los que se subían a la plataforma giratoria, solían tener que luchar para mantenerlos quietos.
Así que cambiaron de sistema, y el más reciente es una gran cabina, repleta de cámaras, que toman una fotografía en 3D instantánea.
«Ahora tenemos algo que puede captar a una mascota o a un niño pequeño que se está moviendo», señala Berwick.
El artilugio en cuestión se llama Twinstant, se vende por US$60.000 y ya lo compraron varias empresas de EE.UU., Australia y Japón.