La crisis y los precios

La crisis y los precios

La crisis y los precios

El efecto multiplicador del conflicto entre Rusia y Ucrania sobre los precios del petróleo es proporcional a la temperatura de la crisis, que no ha dejado de subir a lo largo del año.

Y como es sabido de cualquiera que haya comprado alguna vez en su vida, cuando tenemos alzas en una materia prima es de esperar aumentos de precios en los productos derivados.

No es esta una particular consecuencia de los aumentos de precios de las distintas canastas del petróleo alrededor del mundo, la es de toda mercancía o bien primario del que se extraen derivados para el comercio.

Y ante una realidad como esta, es de esperar un efecto multiplicador de costos de producción que, sin muchas vueltas, se traduce en el encarecimiento de la vida en sentido general, no sólo de los derivados del petróleo.

Ante la volatilidad de los precios de esta mercancía —ahora se prefiere denominarla commodity— hay dos preguntas que deben hacerse los individuos y las administraciones: ¿qué hacer para evitar o aligerar los efectos de las alzas de precios?

Parece una salida retórica, pero no lo es. Es práctica.
Aquí no vamos a incursionar en los grandes consejos a los administradores públicos y privados ante la realidad impuesta por una crisis sobre la que no tenemos control.

Haremos, sin embargo, una exhortación a los que tienen que comprar todos los días, a quienes deben pararse ante una estación de combustibles así sea una vez a la semana: vuélvanse guardianes celosos de cada centavo propio o ajeno, que en República Dominicana no producimos petróleo.



El Día

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