Helsinki.–El conflicto en el este de Ucrania y las consiguientes tensiones entre Rusia y la Unión Europea (UE) han reabierto el debate en Finlandia sobre la posibilidad de que el país nórdico ponga fin a su tradicional neutralidad y solicite en un futuro su ingreso en la OTAN.
Finlandia es el país de la UE con la frontera más larga con Rusia, unos 1,340 kilómetros, y su relación con el vecino del este, con quien se enfrentó en dos guerras entre 1939 y 1944, ha sido siempre tensa, aunque mejoró sensiblemente tras el colapso de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría.
Sin embargo, la anexión de Crimea por parte de Rusia hace casi un año y el apoyo velado de Moscú a los separatistas prorrusos en su guerra contra el Ejército ucraniano han despertado viejos fantasmas, acrecentando el temor a una hipotética agresión.
A ello ha contribuido también la sucesión de actos intimidatorios por parte de las fuerzas armadas rusas en la región del Báltico en el transcurso del último año.
El pasado agosto, aviones militares rusos violaron el espacio aéreo finlandés en tres ocasiones en tan solo una semana, incidentes que se repitieron en otros países de la región, entre ellos Suecia y Estonia.
Meses después, unidades navales rusas interceptaron dos veces sin motivo aparente a un buque de investigación finlandés que se encontraba en aguas internacionales, en una nueva provocación por la que Helsinki pidió explicaciones al Kremlin, sin mucho éxito.
La gota que colmó el vaso fue la supuesta presencia de un submarino ruso en pleno archipiélago de Estocolmo, que finalmente, tras días de rastreos, desapareció antes de que la Marina sueca pudiera localizarlo e identificarlo.
Las repetidas violaciones del espacio aéreo en los países del Báltico por parte de aviones militares rusos llevó a la OTAN a lanzar a primeros de año una operación de vigilancia aérea con base en Estonia, en la que participa España con cuatro Eurofighter y 115 efectivos.
La escalada de las tensiones entre Rusia y sus vecinos ha provocado que Finlandia se replantee su política de seguridad y defensa, un tema que con seguridad estará muy presente en la inminente campaña electoral de cara a los comicios generales que se celebrarán en abril próximo en el país nórdico.
Aunque una amplia mayoría de los finlandeses sigue siendo contraria a la entrada de su país en la Alianza Atlántica, cada vez hay más voces que defienden esta posibilidad, entre ellas la del actual primer ministro, Alexander Stubb, y muchos de sus compañeros del partido conservador.