Localizada en la calle José Reyes, de la Ciudad Colonial, y sede de la Fundación Violeta Martínez, Inc., se encuentra una mansión construida en los inicios del pasado siglo XX, cuando se introdujo en nuestro país, el hormigón armado como material de construcción con el que se realizaron las más bellas y representativas construcciones en Santo Domingo, San Pedro de Macorís y otros notables centros urbanos de la República.
Tres estilos se destacan: el Art Nouveau, el Art Deco y un estilo ecléctico fundamentado en tradiciones hispánicas de la región de Andalucía; debido a la similitud con el clima entre esa región y el nuestro.
Hermosos patios interiores y grandes aperturas en arquerías, fueron la nota significativa del nuevo sector de Gascue, así como en algunos solares de la parte intramuros de la Ciudad Colonial.
En 1920 se inició en la calle José Reyes la construcción al estilo morisco, de la residencia de la familia Lebrón Morales, la que hoy alberga el Museo de la Porcelana.
Este modelo arquitectónico pretendió inspirarse en el magnífico palacio de la Alhambra, en Granada, por lo cual el patio interior de la vivienda nos recuerda los espejos de agua y surtidores, tan importantes en los climas cálidos.
Exquisitos detalles
El inmueble consta de tres niveles, todos los detalles arquitectónicos desde la composición axial de la misma: balcones, puertas, ventanas, molduras, antepechos y remates, corresponden al gusto árabe reciclado por el mundo cristiano. Arcos poli lobulados de herradura sostenidos por pequeños pilares en piedras duras.
Profusión en el uso de cerámica de diseños geométricos coloreados; en donde el color azul añil es preponderante. Así mismo, el empleo de cristales coloreados en los vanos de puertas y ventanas.
Para recibir las brisas naturales del ambiente, se emplean paneles de lamas flexibles en puertas y ventanas. El pavimento de la casa está constituido por piezas de mosaico de cemento hidráulico, con diseños armónicos con el estilo arquitectónico.
En la zona posterior oeste del segundo nivel, se produce una agradable terraza abierta y descubierta que contenía originalmente una fuente construida con cerámica andaluza. La casa posee un patio trasero dedicado a huerta familiar, modificado para el uso actual, conservando el ambiente de trópico isleño.
Colección de muebles
Esta magnifica residencia de la segunda década del siglo XX acogió a la señora Violeta Martínez, lamentablemente fallecida. Y en su primera planta se exhibe su colección.
En la segunda planta se encuentra la vivienda de la directora, quien poseía una importante colección de muebles y accesorios antiguos que completa el sentido museográfico de la vivienda. El tercer nivel está dedicado al taller de restauración de piezas de arte y porcelana.
Las piezas de porcelana se consideran como artículos artísticos de gran lujo. El material con que se confeccionan posee características dureza, blancura, resistencia a los ácidos y facilidad de moldeado para ejecutar toda clase de formas.
En las diversas salas se pueden observar muestras de piezas representativas del arte cerámico de China, en donde se desarrolló este arte milenario. También delicadas piezas provenientes del Japón.
Siglos después los europeos comenzaron a trabajar la pasta de porcelana. En el museo se exhiben piezas provenientes de las grandes fábricas instaladas en Europa por los monarcas, seducidos por la belleza y delicadeza de la porcelana.
Así encontramos piezas procedentes de varios países europeos y americanos, iniciando con Alemania, primer país productor en Europa, luego Francia, Italia, Inglaterra y España, para finalizar con las producciones de las distintas factorías norteamericanas.
Dentro de las piezas que conserva este extraordinario museo, podemos contemplar producciones de Meissen, en Alemania; Sevres, Limoges y París, en Francia; Worcester, Wedgwood y Royal Doulton, en Inglaterra; Capo di Monti, en Italia; Real Manufactura de Buen Retiro y Lladro en España. Finalizando con las manufacturas norteamericanas de Leños, destacándose, entre otras, las piezas de Eduarda Marshall Boehm.
*Por MARÍA CRISTINA DE CARÍAS, CÉSAR IVÁN FERIS IGLESIAS Y CÉSAR LANGA FERREIRA