La Casa del Sacramento es un verdadero palacio del periodo colonial que ha sido reformada y adecuada para las funciones del arzobispado de Santo Domingo.
Fue construida por orden de Diego Caballero, secretario de la Real Audiencia y habitada por ilustres personajes entre ellos la familia Garay y Alfonso de Fuenmayor. Este palacio ha sufrido modificaciones en diferentes periodos de la historia.
Su imagen actual corresponde a una intervención no muy lejana que da unidad y majestuosidad al edificio actual, pero desafortunadamente esconde las diferentes edificaciones originales.
En la vieja ciudad
La edificación es indiscutiblemente uno de los más bellos palacios del Santo Domingo colonial. Situada en la calle Isabel la Católica esquina Pellerano Alfau, la mansión cubre media manzana a lo largo de la última calle, en el sector más noble y antiguo de la vieja ciudad.
Se caracteriza, además, por poseer la más hermosa y ornamentada logia, situada sobre el ángulo noroeste y constituida por cuatro grandes pilares angulares, cuyos lados están formados por una triple arquería de medio punto sobre sobrias columnas clásicas.
uno de los
patios originales con arcada
Esta logia mirador posee un pequeño barandal que protege a las personas. Toda la superficie muraría de las pilastras y del intradós de las arcadas, cuenta con un bajo relieve de diseño floral propio del estilo grutesco que aportó el renacimiento italiano.
Esta logia o mirador posee una cubierta a cuatro aguas de tejas curvas, con la finalidad de proteger de las aguas pluviales y la proyección de sombras en los días soleados. Formando parte del conjunto ornamental, bajo la logia de ángulo, se nota una solución ricamente ornamentada para enmarcar las ventanas geminadas en la primera planta y de un solo vano en la segunda.
Esta solución arquitectónica a modo de arrabá, está constituida por pilastras parteluces en medio de los vanos de las ventanas y un monumental coronamiento de las mismas que sirve de apoyo al plano superior.
El elemento horizontal está limitado por dos pilastras que contienen una enorme platabanda en la zona baja que presentan dos rosetones ornamentales cada una.
Esta platabanda esta coronada por un arquitrabado tradicional que cuenta con arquitrabe, friso y cornisa.
Interiormente el palacio se desarrolla alrededor de dos patios interiores pavimentados y ajardinados a lo largo de las paredes, uno pequeño, hacia el oeste y el otro situado hacia el este, posee mayores dimensiones.
Un pozo medianero
El primero de estos patios posee un enorme pozo medianero y el segundo muestra una bella composición de tema sagrado, realizado en lozas de cerámica española, enmarcada con molduras de yeso.
La zona más oriental del palacio posee un patio interior más grande. Este ha sido adecuado, pavimentándolo, como estacionamiento para automóviles. Este patio cuenta con una galería perimetral en tres de sus lados.
En el cuarto lado se produce una escalinata de piedra para acceder al nivel superior en donde se encuentran las oficinas de la curia arquidiocesana.
En los patios interiores más pequeños, que corresponden a las partes más antiguas del palacio, se pueden observar detalles de gran interés artístico como la gran logia formada por triple arquería de arcos rebajados, sostenidos por columnas de fuste cilíndrico, todo realizado en piedra y ladrillo.
En el patio intermedio, en donde se ha eliminado la galería del piso superior, los arcos rebajados de la primera planta sostienen un muro en el que se han practicado tres pequeñas ventanas de sección cuadrada.
La magia del interior
Otros detalles interesantes en el interior de la edificación, son los entrepisos formados por enormes vigas de madera que sostienen alfajías sobre las que se colocan los pavimentos del piso superior.
Arquitectónico
— Aspecto exterior
Se puede insistir en que el aspecto exterior del palacio con su gran unidad arquitectónica, es consecuencia de una intervención no muy lejana en el tiempo que esconde edificaciones de diferentes periodos.
*Por MARÍA CRISTINA DE CARÍAS, CÉSAR IVÁN FERIS IGLESIAS Y CÉSAR LANGA FERREIRA
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