Washington.-La Casa Blanca afirmó ayer que no está considerando otorgar un perdón presidencial al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, como solicitan sus abogados.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, respondió con un escueto “no” cuando los periodistas a bordo del avión presidencial Air Force One le preguntaron si se estaba considerando esa opción.
La pregunta surgió a raíz de las declaraciones de los abogados de Assange y de su esposa, Stella Assange, quienes en las últimas horas anunciaron que pedirán al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, un perdón presidencial con el objetivo de limpiar el historial delictivo de Assange.
Esta semana, Assange selló con el Departamento de Justicia de EE.UU. un acuerdo judicial por el que se declaró culpable de un cargo penal relacionado con la mayor filtración de documentos clasificados de la historia de Estados Unidos, ocurrida en 2010 y que cuestionó el papel de ese país en el mundo al revelar atrocidades en las guerras de Irak y Afganistán.
A cambio de reconocer su responsabilidad, Assange fue condenado formalmente a 62 meses de cárcel, pero se le dio crédito por el tiempo que ya había cumplido en una prisión de alta seguridad en el Reino Unido. De esta manera, pudo salir en libertad y regresar a su Australia natal.
Un hombre libre
En tanto, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, amaneció ayer como un hombre libre tras pasar su primera noche en Australia, donde llegó la víspera tras declararse culpable de espionaje ante un tribunal en un territorio estadounidense en el Pacífico, y con el objetivo ahora de buscar su perdón.
En Camberra, una ciudad tranquila pese a ser la capital de Australia, todo volvió hoy a la normalidad tras la dramática llegada de Assange, mientras que los periodistas trataban de buscar declaraciones de familiares del fundador de WikiLeaks a pesar de que su mujer, Stella, pidió ayer que respeten su privacidad.
En las calles, algunos viandantes se negaron a comentar la puesta en libertad de Assange, aunque otros australianos celebraron con júbilo su vuelta a su país natal. “14 años muy tarde” o “ya era hora”, dijeron este jueves a EFE Steve y Eleonora, respectivamente, mientras que Peter remarcaba que su vuelta a Australia “es una noticia maravillosa”.
Aunque el futuro de Assange, de 52 años, es incierto, Steve espera que Julian Assange “siga hablando en favor de la libertad de prensa”. La esposa de Assange pidió anoche “tiempo” y “espacio” para que su marido pueda recuperar su salud tras 14 años de litigios legales en Reino Unido, donde estuvo siete años refugiado en la Embajada de Ecuador y cinco en una cárcel de alta seguridad.
En una rueda de prensa en Camberra, la abogada hispanosueca también dijo que el objetivo en el futuro será, por el interés de la libertad de prensa, presionar para que Estados Unidos reforme la Ley de Espionaje y aplique el perdón a su marido.
Proceso y justicia
—1— Espionaje
La Ley de Espionaje prevaleció sobre la libertad de expresión e información contenida en la Primera Enmienda en Estados Unidos.
—2— Política
Acogida de Assange en Australia refleja la división política del país.