En República Dominicana el Día Internacional de la Juventud no tiene mucha trascendencia, pues a nivel local se celebra con mucha resonancia el Día Nacional de la Juventud el 31 de enero de cada año.
Igual ocurrió en esta ocasión. La efeméride global no tuvo mayor resonancia como tal, aunque fue notable que desde el oficialismo se aprovechó la ocasión para poner a soplar vientos de renovación.
Esas expresiones, usualmente, se hubieran tomado como simple retórica política, pero en la era de la posmodernidad hay una marcada corriente de buscar al gato más de las cuatro patas que se ven en movimiento.
Por eso, las proclamas de renovación que se lanzaron desde el oficialismo muchos sectores políticos las contrapusieron al resurgimiento de la promoción de la candidatura presidencial de Leonel Fernández.
Si cercanos a Danilo juran y perjuran que este no se repostulará, entonces es lógico pensar que su discurso de renovación implica opciones distintas a las que ya se han presentado en el pasado, que en el caso del PLD tienen un sólo nombre: Leonel Fernández.
En el partido morado ha sido norma que la candelita quema por debajo y en esta oportunidad ha durado mucho tiempo encendida, sin que se vea un bombero cerca que pueda apagarla.