El Día 
LEl proceso de transición de un presidente a otro, no importa que sea del mismo partido, trae secuelas que las autoridades deben prever, sobre todo cuando se trata de la inmensa mayoría del pueblo dominicano: los consumidores.
La conducta es recurrente. En ese largo periodo se cocinan alzas inimaginables en varios sectores de la vida económica.
El más recurrente es el aumento de precio de los artículos de primera necesidad, algunos servicios y, como gota que colma la copa, la venta de combustibles, inmuebles y tarifas de alquileres.
Hace poco, siete federaciones de comerciantes detallistas afirmaron que no hay condiciones para aumentar los precios de los artículos de primera necesidad. Y sobre todo, alertaron de que había una gran cosecha de algunos rubros como el arroz.
No es para quedarse con los brazos cruzados. Está de por medio una gran labor preventiva, de parte de quien entrega y de los que asumirán el poder, a partir del próximo 16 de agosto.
Un trabajo, que incluye, afortunadamente, a Pro Consumidor, en todo lo que tiene que ver con el proceso de alerta y seguimiento de los precios actuales y la insistencia en que las condiciones son favorables para que no sean alterados.
En todo el proceso el control del precio de los combustibles será básico. Básico y fundamental para que no afecte la canasta familiar, sobre todo; y de paso, que el pueblo dominicano pueda disfrutar de un proceso de transición sin traumatismos y desilusiones tempranas.
