Los legisladores tienen, realmente, la oportunidad de irse a casa con una pensión, sujeta a ciertas particularidades, y recientemente este detalle salió a la luz, pero sin los detalles que permitieran a la opinión pública un juicio cabal.
En realidad se trata de un fondo derivado de los aportes que ha hecho cada cual en uno o en varios períodos en el Congreso Nacional, descontado del sueldo cada mes, y cuando se ha llegado a la edad de 60 años y se ha salido de la condición se accede a este auxilio.
En realidad no se ve mal, y más que un privilegio parece una buena previsión.
¡Fuenteovejuna!
Lo que se les puede echar en cara a los legisladores es que esto ocurra en un país sin la solidaridad de un sistema de seguridad social para todos, de manera que al llegar a la edad provecta todo dominicano pueda sentirse seguro si se acoge al retiro. Los legisladores tienen su parte de culpa.