- Publicidad -

- Publicidad -

La ansiedad pide ser vista

Dilenia Cruz
📷 Dilenia Cruz

Vive con ansiedad? Millones de personas lo padecen. La ansiedad, más allá de ser solo un síntoma moderno, suele tener raíces profundas en las experiencias de la infancia. A nivel emocional, está estrechamente vinculada a tres heridas principales: abandono, rechazo y humillación o traición.

La herida de abandono se forma cuando el niño siente que no recibe suficiente atención o afecto. Esto genera un miedo persistente a la soledad y una búsqueda constante de compañía.

La herida de rechazo nace cuando el niño percibe que no es aceptado por ser quien es, generando inseguridad, perfeccionismo y miedo al juicio.

La herida de humillación o traición aparece cuando el niño es avergonzado o se rompen promesas importantes, desarrollando desconfianza, necesidad de control y temor al fracaso. Sanar la ansiedad implica más que controlar los síntomas. Desde el coaching de vida, se acompaña al individuo a reconocer su historia, identificar creencias limitantes y cultivar recursos internos de seguridad y autoestima.

Las constelaciones familiares permiten observar dinámicas inconscientes heredadas: lealtades familiares, cargas emocionales que no nos pertenecen o vínculos interrumpidos. Esta mirada revela que muchas ansiedades no son solo nuestras, sino parte de una historia mayor.

Por su parte, el mindfulness ofrece una herramienta práctica: volver al presente. A través de la respiración consciente y la autoobservación sin juicio, podemos reeducar al sistema nervioso y crear espacios internos de calma y presencia. Sanar la ansiedad es un acto profundo de amor: es volver a mirar con compasión al niño que fuimos, abrazarlo desde el adulto que hoy somos, y permitirle, finalmente, sentirse seguro.

Etiquetas

Artículos Relacionados