SANTO DOMINGO.- “Necesitamos crear un incentivo inverso para que cuando uno lleve a la disposición final algunos productos, esta sea más costosa para el que va a llevar, y es la forma adecuada de provocar un cambio, y es algo en lo que deben estar conscientes los ayuntamientos”.

Esa sugerencia es de Circe Almánzar, vice presidenta de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, al resaltar el impacto que puede tener la Economía de Circular para un mejor manejo de los residuos sólidos en el país.

Dijo que no se debe dejar que todo a los desechos lleguen vertederos en vez de valorizarse lo que se provoca un círculo vicioso, de ahí que es importante que se centralicen la creaciones de tarifas de adecuadas por nivel de vertederos, y ser diferenciadas para que haya un incentivo de los ayuntamientos y las empresas de recogida para llevarlas a sitios de valorización.

Alega que ese modelo económico podría alargarle la vida a todos los productos que se fabrica, y al mismo tiempo se ahorran materia prima con las que no se cuentan, que provienen de recursos naturales y no están en el país.

Almánzar favoreció el que se impulse la Ley de residuos sólidos, pero la misma debe incluir como organizar los vertederos y lo relativo a las transferencias, organizados con una planificación país. Igual establecer productos dispuestos por los municipios y las competencias.

Adelantó que están preparando una propuesta para las autoridades entrantes para aportar al plan nacional que se plantea en la Ley Nacional de Residuos Sólidos.

Circe resaltó las ventajas que ofrece ese concepto económico que se interrelaciona con la sostenibilidad a través del retorno de empaques y otros materiales a sus lugares producción que reducen  al mínimo la generación de residuos y evitar que estos lleguen a los vertederos.

Como empresaria significó que en la medida que se ponga en marcha la responsabilidad extendida muchas empresas permiten un cambio cultural a favor de los municipios y el Estado, que puede traer ventajas económicas, sociales y más oportunidades.

Los panelistas tanto del sector público como privado estuvieron de acuerdo de que el tema de residuos “no ha sido prioridad”, y existe una debilidad institucional, no existen las instancias requeridas y no se asignan los recursos necesarios para una eficiente gestión.

Plásticos

La presidente de la Fundación 3Rs, Ginny Heinsen indicó que la medida de prohibir el uso de plásticos desechables como foam, vasos, cubiertos, fundas, como están haciendo en muchos países, no es lo ideal en estos momentos en el país.

“No existen actualmente sustitutos aquí, a un precio accesible para ciertos estratos de la población donde más lo requieren”, expresó.

Sin embargo, apoya que se inicie un proceso de concientización para su buen uso, tanto a expendedores de alimentos como a consumidores, mientras paralelamente se exige a las empresas que los fabrican que paguen los costos de su manejo posconsumo, con la finalidad de incentivarlos a fabricar envases eco-amigables como los biodegradables de origen de plantas, a cuya fabricación más bien se les daría facilidades, con lo cual sus precios sería más competitivos y tendrán más demanda. Destacó el ejemplo de Bionature, cuyos empaques son hechos con fibra de caña.

Respecto a los costos de disposición final (tipping fee), Heinsen expresó estar de acuerdo con la posición de AIRD, de que estos costos deben ser vistos como una penalización.

Con ello se buscaría incentivar a las industrias a que busquen una mejor disposición para sus residuos, encaminándolos hacia la economía circular.

“Esto por supuesto debe ir acompañado de la un marco técnico-legal para facilitar que opciones como la industria de reciclaje, plantas de energía a base de residuos, entre otras se desarrollen, evitando así que el tipping fee se convierta en un impuesto más. A largo plazo los vertederos, tal y como los conocemos hoy en nuestro país, deben desaparecer y así se está dando el caso en países como Suiza y Japón”, agrego Heinsen.