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Pasteles en hoja, cerdo y moro: los sabores que no faltan en la Nochebuena dominicana

  • Cada 24 de diciembre las familias se reúnen en la mesas para compartir en armonía

PASTEL EN HOJA YUCA
Pasteles en hojas de plátano y de yuca rellenos de pollo, res y vegetales; croquetas de pollo y berenjena; quipes y empanada, de todo tipo son algunas de las propuestas que este emprendedor ofrece a sus consumidores.

Cada Nochebuena, las mesas se convierten en el punto de encuentro de toda la familia. Se visten con manteles coloridos y un menú variado que refleja la riqueza cultural dominicana.

Desde pasteles en hojas, cerdo y moro hasta manzanas, uvas y ensaladas son algunos de los platos que adornan la mesa de quienes acostumbran cenar con sus seres queridos.

Cena de Nochebuena-pasteles en hoja

Previo al banquete navideño, los hogares se llenan de entusiasmo, marcado por el aroma del pollo sazonado y la prisa de quienes preparan todo para recibir la Nochebuena.

Perla Gonzáles, quien acude a la casa materna para cenar en familia, comienza los preparativos de la Nochebuena un día antes: prepara la masa de los pasteles y añade sabor a su carne molida con las pasas como ingrediente principal.

En el patio, sobre un fogón encendido con carbón, el humo perfuma el ambiente, mientras los pedazos cuadrados de las hojas de plátano se pasan por el fuego para ablandar y sellar su cutícula.

Cena de Nochebuena-pasteles en hoja

Cuando las hojas están endebles, Gonzáles arma los pasteles y los reserva para hervir al día siguiente y compartir con sus familiares y amigos.

Cena de Nochebuena-pasteles en hoja

Como Gonzáles, muchas familias se trasladan hacia la casa de sus padres para reforzar el vínculo familiar e intercambiar anécdotas.

La tradición navideña no solo une familias, también abarrota las calles del Gran Santo Domingo con largas filas y cúmulo de gente, quienes aguardan para adquirir los ingredientes previo a Nochebuena.

Muchas amas de casa acudieron en masa a la avenida Juan Pablo Duarte para abastecerse de los alimentos que componen la cena navideña.

La impaciencia de los asistentes se reflejaba en las aceras de la concurrida vía, donde el ruido de los carros, la música a todo volumen y el ir y venir de la gente creaban un ambiente de caos festivo.

Con una sonrisa que delataba su entusiasmo, Elizabeth Betances, contó al corresponsal de El Día que se encontraba adquiriendo los productos para preparar un moro, cerdo y ensaladas.

Mientras aguardaba en las aceras de la Duarte, compartió un mensaje lleno de amor y alegría para todos: “Quisiera desearles una feliz navidad a todos y que la puedan pasar bien en familia”.

“Un cerdito asado, un pollito, un morito, una ensaladita rusa y varias cositas más” forman parte del menú navideño que preparará Yasmín Rodríguez, una mujer que cada año comparte la Nochebuena con sus hermanos y demás integrantes de la familia.

Para hacer realidad su deseo más visceral de unión familiar, acudió a un supermercado para comprar zanahorias, manzanas, lechuga, pastas y queso amarillo, ingredientes infaltables en su mesa.

Mientras que Martha, una abuela complaciente, compraba papas, manzanas, lechuga, cebolla y demás rubros para preparar un menú especial para sus nietos con pescado, carnes, salchichas y albóndigas.

“Voy a hacer un poco de todas las cosas que mis nietos quieren, porque son lo más importante para mí”, relató Martha con evidente alegría en su rostro.

En la Duarte con París, los comercios informales de manzanas, uvas y frutos secos contaban con altoparlantes que anunciaban el expendio de productos, incluidos las famosas comitas azucaradas de diversos colores que nunca faltan en las mesas de los dominicanos.

Los empujones y el pregoneo de los vendedores reflejaron el ritmo acelerado de quienes andaban corriendo de un lado a otro buscando las bandejas del puerco asado para completar la cena de Nochebuena.

A pesar de la rapidez y desorden, en cada rincón del hogar de los dominicanos se siente la ilusión de reunirse con los seres queridos, de compartir historias, risas y abrazos que se reservan para una noche especial.

Aunque con el paso de los años algunas costumbres, como el intercambio de regalos, se han ido apagando, otras tradiciones como la cena en familia continúan tan vivas como siempre.

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Keysa Leger Periodista

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