US Democratic Senator John Kerry and Israeli Foreign Minister Tzipi Livni stand in front of remains of rockets launched from the nearby Gaza Strip during a visit to a police station in the southern Israeli town of Sderot on February 19, 2009. The 2004 presidential candidate who now chairs the Senate's foreign relations committee later made a rare visit to the war-ravaged Gaza Strip, but stressed this did not reflect a change of policy towards the territory's Islamist rulers listed by Washington as a terror group. AFP PHOTO/DAVID BUIMOVITCH
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, advirtió ayer a Rusia que apoderarse de la ciudad de Alepo no ayudará a poner fin a la guerra civil en Siria y tal vez radicalice a las fuerzas de oposición.
Kerry hizo estas declaraciones cuando representantes de Estados Unidos, Rusia y de los países vecinos de Siria se reunieron en Ginebra para buscar caminos para alcanzar otro alto el fuego en la guerra civil. Señaló que los bombardeos rusos contra zonas rebeldes eran un error.
Moscú arguye que está apoyando al líder sirio Bashar al-Asad contra “terrorista”» vinculados a Al Qaida y culpa a Washington del fracaso a la hora de separar a los rebeldes moderados de los intransigentes.
Pero tras reunirse en Washington con su homólogo surcoreano, Kerry dijo que “cada bomba que lanzan Rusia y el régimen de Asad radicaliza a más y más gente”.
Tras colapsar el mes pasado una breve tregua pactada entre Estados Unidos y Rusia, el régimen sirio lanzó una gran ofensiva contra la zona oriental de la ciudad de Alepo, controlada por rebeldes, y donde viven unos 250,000 civiles. “Aunque Rusia y Asad tengan éxito y tomen Alepo, la dinámica fundamental de esta guerra no cambiará”, afirmó Kerry, y recomendó a Rusia que volviera a comprometerse con la búsqueda de un cese al fuego.