Juventud y política: dale una causa y te darán las elecciones

Juventud y política: dale una causa y te darán las elecciones

Juventud y política: dale una causa y te darán las elecciones

El mayor reto de los partidos políticos en gran parte del mundo es lograr que los jóvenes se involucren y participen de un sistema político que, según los propios jóvenes, está dirigido por los incumplidores de sus sueños: aquellos que han empeñado su futuro -el que hoy es su presente- y encima de eso no han sido ni son transparentes en la administración de su realidad actual.

Mientras que los políticos pretenden sumar los jóvenes a “sus proyectos” hablando como ellos, escuchando su música e intentando vestir y comportarse como tales, desde la Primavera Árabe en 2010, los indignados de España 2011, Occupy Wall Street en Estados Unidos 2011, hasta el 4 % para la educación en República Dominicana, estos han demostrado que no vienen siguiendo a los políticos, ni a los partidos, sino a causas sociales que son de su particular interés por una u otra razón.

Estos reclamos sociales terminaron fragmentando, en algunos casos, el sistema político tradicional y pariendo a otras organizaciones alternativas como Podemos en España, el cual en el 2014, justo a cuatro meses de su fundación, obtuvo cinco posiciones en el congreso y el 7,98 % de los votos.

Sin embargo, en países como República Dominicana estos movimientos forzaron a los tradicionales tenedores del poder a hacer un pacto que les aseguraba, a quienes protestaban, la solución en cuestión y a los partidos la estabilidad social necesaria para retener o alcanzar el poder, como fue el Compromiso por la Educación Dominicana en 2011, firmado por todos los candidatos a la presidencia de ese momento.

Las redes sociales movilizan, pero con motivos

Es cierto que en aquélla primavera que tocó a 20 naciones de Oriente Medio, Internet y las redes fueron una especie de combustible que ayudaron a propagar las protestas y a contagiar las razones por las cuales había que revelarse, no se puede dejar de lado a Mohamed Bouazizi, un vendedor ambulante Tunecino que indignado ante el ultraje de la policía se inmoló, despertando a miles quienes salieron a protestar, no sólo por esto, sino también ante la cruda situación que vivían los ciudadanos bajo la dictadura de dos décadas de Zine el Abidine Ben Ali.

Por otro lado, desde que la campaña electoral de Barack Obama en 2008 explotó las potencialidades de la Web 2.0: cinco millones de “amigos” en sus perfiles sociales, más de dos millones de personas crearon a partir de MyBarackObama.com una página personalizada para apoyarlo, fomentando esto la aparición unos 25 mil grupos con igual propósito, todos los políticos sueñan con ser “viral”, ser “tendencia” y por tanto exitosos electoralmente por el simple hecho de estar en Facebook, Twitter e Instagram.

En ese sentido, hay tres puntos que pueden asegurar el involucramiento de los jóvenes en la política: Identificar las causas sociales que pueden moverlos y adoptarlas, asegurándoles que las mismas serán un pacto con ellos que honrará a la hora de alcanzar el poder, so pena de perderlo en caso de no cumplir, y por ultimo e igual de importante, ser transparente en el manejo de los fondos, teniendo presente como los actos que buscan perseguir y castigar la corrupción propagan la indignación y minan los cimientos del poder político.