El cantante canadiense Justin Bieber compartió una reflexión sincera sobre cómo los mensajes negativos afectan su salud emocional durante sus transmisiones en vivo, reabriendo el debate sobre el impacto del acoso digital en la era del streaming.
De los escenarios al streaming
A los 31 años, Bieber decidió sumarse a la comunidad de Twitch, donde en pocas semanas reunió más de 200.000 seguidores. Aunque acostumbrado a la atención mediática, el artista reconoció que la experiencia de transmitir en vivo ha sido emocionalmente más exigente de lo que imaginaba.
En declaraciones recogidas por Dexerto, el intérprete explicó que, a diferencia del escenario, el streaming lo expone de manera más íntima y vulnerable: “Entras a Twitch y te encuentras con personas que, al sentirse mal consigo mismas, proyectan eso y escriben cosas realmente crueles”.

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El peso del odio digital
Durante una de sus primeras transmisiones —tras un partido de baloncesto en directo—, Bieber se encontró con comentarios que cuestionaban su energía y autenticidad. “Leí cosas como: ‘Justin ya no es el de antes’ o ‘ha perdido su carisma’. Son frases que duelen, porque te hacen dudar incluso de ti mismo”, confesó.
El músico admitió que, a veces, un solo mensaje ofensivo puede eclipsar miles de muestras de cariño. “Aunque haya mucho apoyo, los comentarios negativos se sienten más fuertes. Es algo que realmente afecta”, expresó.

La autenticidad en riesgo
Bieber también reflexionó sobre el desafío de mantenerse auténtico en un entorno donde la crítica anónima se vuelve constante. “Ser genuino ya es difícil, pero lo es mucho más cuando hay personas que solo buscan herirte”, comentó. Según el artista, esa hostilidad no solo afecta la confianza de los creadores, sino también la forma en que interactúan con su audiencia.
Un llamado a la empatía digital
Las declaraciones de Bieber se suman a las de otras figuras públicas que advierten sobre los efectos psicológicos del acoso online. Su testimonio invita a reflexionar sobre la necesidad de fomentar una cultura digital más empática, donde las plataformas prioricen la salud mental de sus usuarios.
“Un solo comentario puede tener un gran impacto”, concluyó el cantante, subrayando que la fama no inmuniza frente al daño emocional. En un entorno donde la exposición es constante, sus palabras reabren el debate sobre cómo construir comunidades virtuales más seguras, respetuosas y humanas.Este artículo fue publicado originalmente en El Día