El presidente de la Cámara de Diputados, Abel Martínez, ha planteado dos razones para justificar el desembolso de RD$176 millones a legisladores para la compra de electrodomésticos que alegadamente fueron regalados a madres en su día (que fue el pasado domingo).
Una de ellas es que la distribución se hizo con total transparencia y dentro del marco de lo que establece la Ley de Compras. La otra fue que muchos legisladores tienen que satisfacer las necesidades de los habitantes de sus comunidades.
Es decir, que la entrega está bien y fue válida, según el criterio del diputado por la provincia Santiago.
Pero las críticas no cesan porque estos fondos de la Cámara de Diputados pudieron recibir otro destino, contrario a ser destinados al clientelismo que se promueve con la distribución de artículos en las diferentes provincias.
Si ese dinero le sobrara a la Cámara de Diputados, muy bien pudieron ser devueltos al Gobierno para la campaña contra la Chikungunya o los mismos legisladores invertirlos en una jornada para la prevención y combate de este virus.
El otro escándalo
En la Semana Santa también estalló el lío sobre la entrega de RD$19 millones a los legisladores para la compra de los productos para la elaboración de habichuelas con dulce.
Pero también la Cámara de Diputados aprovecha cada diciembre para asignarles bonos a los diputados para la cena de Nochebuena y Año Nuevo.
Es decir, que parece que esos fondos están contemplados en el presupuesto de este hemiciclo o, sencillamente, son usados de esa manera para no ser reembolsados al Gobierno, que podría utilizarlos en programas sociales y otras acciones que podrían ayudar a gran parte de los dominicanos.
