Justicia mediatizada

Justicia mediatizada

Justicia mediatizada

Desde hace varios años en el mundo entero los casos judiciales se debaten en los medios de comunicación y las redes sociales. Es un fenómeno que ha cobrado intensidad en nuestro país y que favorecen o perjudican a los imputados según el manejo público de estos y sus abogados.

Ocurre el debate mediatizado no sólo con intención de difundir noticias que puedan generar audiencia y hasta morbo, sino con intención –y es lo más peligroso- de presionar y predisponer las decisiones de los jueces y el sistema judicial.

Casos hay por montones que han estado en el filo de la navaja. Se nos ocurre citar la condena de cinco años a la madre de Marlon Martínez, Marlin Martínez, en el asesinado de la adolescente Emely Peguero, en la que los jueces de los tribunales de la provincia Duarte otorgaron sólo dos año de prisión correccional basados en una sentencia apegada al derecho y de espalda a la horca mediática y el morbo que reclamaba 30 ó 20 años de condena como cómplice.

Hoy hay muchos casos difundidos por la prensa. Argenis y el escándalo de la OMSA, un exfuncionario imputado por acoso sexual, el caso denominado Operación Pulpo contra hermanos del expresidente Danilo Medina y funcionarios peledeistas, Odebrecht. Muchos, no pocos.

En el país la primera que empezó a hablar con propiedad sobre los juicios paralelos, como le denomina, fue la exjueza del Tribunal Constitucional Katia Miguelina Jiménez, quien escribió un libro como trabajo final en un doctorado cursado por la magistrada.

Hace algunos años Jiménez fue víctima también del plomo lanzado desde los medios de comunicación, cuando periodistas y medios entendía que su libro proponía límites el trabajo de la prensa en temas de justicia.

La obra en cuestión plantea, esencialmente, que los juicios mediatizados se han convertido en linchamientos mediáticos que procuran influir en las decisiones judiciales a favor o en contra de determinados imputados.

En el país hay varias firmas de relaciones públicas dedicadas a los manejos de crisis y opinión pública en temas de justicia, llevados con mucho éxito. Nosotros también nos dedicamos a eso con nuestra formación especializada que viene de Estados Unidos, como abogado y con nuestro ejercicio de más de 20 años como reportero, ejecutivo o gestor de medios de comunicación.

Pero este artículo no es para promover nuestros servicios o de otros profesionales y oficinas (ni tampoco el nuestro), sino para alertar a oficinas de abogados, imputados, jueces y actores del sistema judicial que los juicios paralelos,  los linchamientos mediáticos, son ya una realidad en el país.

Cualquier imputado que le caiga encima el enjambre de las redes y la prensa tradicional, y que las campañas asienten en la opinión pública y los jueces la percepción de que es culpable, podría ser víctima de una condena injusta tomada por presión mediática.

Por eso, recomiendo a todos los involucrados en acusaciones judiciales, y a sus abogados también, hacer un buen manejo de medios cuando el juicio paralelo orbite sobre su caso.

Sólo quería decir esto.



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