Junio de 1959: lo que deberían saber las nuevas generaciones

Junio de 1959: lo que deberían saber las nuevas generaciones

Junio de 1959: lo que deberían saber  las nuevas generaciones

Camilo Cienfuegos junto a combatientes en Punta Arenas. Brigadas de numerosos internacionalistas se alistaron para el desembarco.

Las jornadas de junio de 1959 constituyen una de las epopeyas mayores del pueblo dominicano, tal vez la de carácter internacionalista más significativa en nuestra historia, ya que sin esa solidaridad hubiese sido muy difícil llevarla a cabo: 198 combatientes por la libertad, entre los cuales dominicanos, cubanos, venezolanos, puertorriqueños, españoles, norteamericanos, guatemaltecos, incluso tres de nacionalidad no identificada.

En el proceso de lucha contra la dictadura de Trujillo, las expediciones de junio marcan un antes y un después porque a partir de entonces, la dictadura entró “en picada”.
Sobre los expedicionarios se ha dicho mucho, pero nunca será suficiente en aras de compartir con las nuevas generaciones un ejercicio pedagógico siempre útil y hoy, tal vez, urgente.

Sobre los expedicionarios
Tenían familia, abandonaron su trabajo o sus estudios para comprometerse con un proyecto insurreccional. Varios de ellos profesionales con elevada formación en universidades norteamericanas y europeas.

La edad promedio del grupo que salió desde Venezuela (unos 37) era de 32 años, en el conjunto de los combatientes oscilaba entre 17 y 60 años y la edad promedio de los que se conoce su edad, era de 30 años.

Varios casos en que vino padre e hijo, o el caso de hermanos. Algunos de estos héroes ya habían estado involucrados en las expediciones anteriores de Cayo Confites (1947) y de Luperón (1949), lo que prueba su determinación y compromiso.

El 11 de julio 1959, al ser apresados los últimos sobrevivientes de la guerrilla, el saldo de las operaciones iniciadas el 14 de junio en las filas del ejército de Trujillo era el siguiente:
Número de militares del Ejército Nacional y la Aviación muertos en combate: 42
Militares heridos: 31
Desaparecidos: 1
Campesinos muertos acusados de colaborar con la guerrilla o acompañando a los militares: entre 75 y 90.

Expedición desconocida
Hay que advertir sin embargo que los héroes de junio no son solo aquellos de Maimón, Constanza y Estero Hondo. Hasta años recientes se desconocía de una pequeña expedición que salió desde Cuba con 27 expedicionarios, según versión del comandante Delio Gómez Ochoa; esa no fue iniciativa del gobierno cubano y se habría producido por decisión de sus protagonistas “con buena intención, debido a la efervescencia revolucionaria que se vivía entonces”.

Este grupo extravió la ruta durante la travesía marítima y fue a recalar en Punta de Cabo Haitiano “con armas muy malas, muy ligeras todas, y escasos de parque” donde fueron controlados por el ejército haitiano que fusiló 22 de ellos, sobreviviendo cinco (extraña coincidencia con el número de sobrevivientes aquí) los cuales posteriormente fueron devueltos a Cuba.

Contexto de la expedición
Los aspectos relevantes en la situación internacional, especialmente en la región, hacían propicio el ambiente para motivar acciones contra la dictadura de Trujillo, como los acontecimientos que ahora comentamos.

El régimen sentía los efectos de la crisis económica estimulada por las inversiones improductivas en la Feria de la Paz y la Confraternidad; ese año asciende al poder Rómulo Betancourt en Venezuela (en cuya embajada en Santo Domingo se produjeron asilos masivos de dominicanos); para entonces había diferencias entre el dictador y los Estados Unidos; en Cuba se acababa de instalar un gobierno revolucionario que mostró al mundo que era factible derrocar una dictadura.

Sobre este último aspecto llama la atención en el orden siguiente: si bien es cierto como tradicionalmente se ha observado que la experiencia cubana impactó en la región haciendo simpática la idea del foco guerrillero como método de lucha, también es justo advertir que, en el caso dominicano, existía una importante experiencia que tenía en gran estima dicho método de lucha desde antes del triunfo de la revolución cubana.

Recordemos al respecto las ya citadas expediciones de Cayo Confites y Luperón en 1949, a lo cual se agrega que Juan Enrique Puigsubirá Miniño, al registrar en su diario la caída en combate de Pedro Pablo Fernández Báez, el 17 de junio, afirma de éste que “había participado en una frustrada intentona de desembarco un año atrás”, es decir en 1958, antes del triunfo de Fidel.

El fracaso militar
Al margen de la situación de hastío que ahogaba a la sociedad dominicana al entrar la dictadura en su larga tercera década, estaban muy lejos las condiciones necesarias para que desde el interior de la sociedad se respondiera complementando el esfuerzo de la raza inmortal. Esto se ha dicho antes, pero es necesario aprender la lección.

Sobre las condiciones políticas del campesino en la época, ilustra muy bien lo que se ha documentado recientemente a través de las fuentes orales en relación con este acontecimiento: para las tropas del ejército fue crucial el papel jugado por los campesinos en la persecución y captura de “los barbudos” que lograron penetrar tras el desembarco de Maimón y Estero Hondo del 20 de junio.

— Diario oportuno
Juan Enrique Puigsubirá Miniño llevaba un diario del que se obtiene información importante acerca de la expedición, el comportamiento de los campesinos y datos que permiten afirmar que los nucleos guerrilleros no los inventó Fidel Castro.

*Por AQUILES CASTRO



El Día

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