La pregunta que muchos se hacen ahora, y las respuestas varían según el ánimo y el prejuicio, es a favor de quién está el tiempo en este ajedrez político que se juega en República Dominicana.
Quienes tienen bajo sospecha permanente al oficialismo, entienden que la propuesta de la búsqueda de consenso para aprobar la ley de partidos políticos es solo una estrategia para ganar tiempo y esperar que el actual presidente de la Cámara de Diputados abandone su cetro para transferírselo a un danilista.
Aunque eso no varía los números a favor y en contra, da mayor capacidad de maniobra.
A Rubén Maldonado le quedan 87 días como presidente de la Cámara Baja y se ha propuesto que antes de que llegue el día 88 haya ley de partidos o que definitivamente se rechace, lo que obligaría a que pasen dos legislaturas para volverla a reintroducir y eso pone el proyecto nuevamente en la cancha de un leonelista, pues en agosto de 2019 se escogerá a Demóstenes Martínez (en agosto de 2018 se elegirá a Radhamés Camacho). Eso si el PLD se mantiene respetando los acuerdos.
Ese jugar con el tiempo al parecer solo tendrá efecto para la renovación del Tribunal Constitucional, que aunque ya varios están pasados de tiempo se le ha dado larga a la convocatoria del Consejo Nacional de la Magistratura.
Ese ajedrez, sin dudas, está complicado.
