Juego de niños
Santo Domingo.- “Juego de niños” sube al escenario de Bellas Artes, a la Sala La Dramática, para presentar una obra que retrata esas situaciones desde los sentimientos encarnados en los personajes de Víc Gómez, Cora Gonzáles y Erni Coronado, con circunstancias que como adultos podemos entender, aceptar, comprender o simplemente descartar.
Basada en el libro homónimo, del destacado escritor y gestor cultural, Eduardo Gautreau de Windt, con la adaptación y dirección de Isen Ravelo; la pieza teatral cuenta con la asistencia de dirección de Génesis González y la obra sube a escena los días 20, 21, 27 y 28 de mayo, a las 8:30 de la noche.
“La desnudez está presente tanto en el cielo como en la tierra y es muestra primigenia de cómo fuimos creados. La desnudez: es divina, es pura, es auténtica, es directa, no se esconde ni se disfraza. La desnudez, es más, mucho más que estar sin vestido alguno, es tener el alma expuesta, tan sólo vestida con su piel… su propia piel…», este diálogo de uno de los personajes, que nos regala el autor Eduardo Gautreau de Windt.
Esta obra recoge la esencia de “Juego de niños”, una pieza dramática en la que los sentimientos más profundos del ser humano, el amor, dolor, rencor, pasión, deseo, ira, tristeza, perdón, son ingredientes de un cóctel brutal que a nadie va a dejar indiferente.
Las boletas estarán en venta en la boletería del Palacio de Bellas Artes, un costo de RD1,000 por persona y en pre-venta un precio de RD$800. La puesta en escena es apta para mayores de 18 años.
Sinopsis
Es la historia de dos hermanos separados por la vida, que se reencuentran, con todos sus recuerdos, sus cuentas pendientes y sus resquemores. Relato de una familia disfuncional, unida y desunida, a la vez, alrededor de un padre castrador.
Amor y desamor, opresión y libertad de ser, de vivir, de soñar. En este juego existencial y erótico, prohibido para tantos, sobreviven estos hermanos, como muchos otros en el mundo. También es un relato sobre la pertenencia y el arraigo… determinado por el terruño que nos ve nacer.
